MADRID, 18 Oct. (EUROPA PRESS) -
El embajador de España en Bosnia y Herzegovina, Alejandro Álvarez González, aseguró este lunes que los bosnios van a "echar de menos" a las tropas españolas porque se habían convertido "en una parte muy querida del paisaje". Asimismo, indicó que, una vez concluida la misión Althea EUFOR, la situación militar y de seguridad del país balcánico es "calma y estable" pero en los terrenos político, económico y social sigue siendo "compleja".
La ministra de Defensa, Carme Chacón, viaja este lunes a Bosnia y Herzegovina para participar en el acto que pondrá fin a la misión ejecutiva de las fuerzas españolas en este país, tras 18 de participación en las operaciones que la UE, la ONU y la OTAN han desplegado en el país balcánico. Con la retirada de los últimos efectivos, las tropas españolas culminan la operación exterior de mayor duración de todas en las que ha participado el Ejército.
"Los van a echar de menos, no porque sean necesarios, sino porque nuestras tropas se han convertido en parte del paisaje, una parte además muy querida por estos 18 años que llevan sirviendo en Bosnia y Herzegovina con una gran entrega y una gran humanidad", afirmó el embajador en declaraciones a Radio Nacional de España, recogidas por Europa Press.
"El cariño está a flor de piel y se nota en todo aquello que uno ve a diario con darse un paseo por la ciudad de Mostar, por la ciudad de Trebinje, por Sarajevo", prosiguió. "Es un sentir popular y es un sentir de las autoridades que está presente, ellos también lo dicen, que nos van a echar de menos", agregó.
"CALMA Y ESTABLE"
Según Álvarez González, la situación en Bosnia y Herzegovina es "compleja" en los terrenos político, social y económico, pero "calma y estable desde hace mucho tiempo" en materia militar y de seguridad. "La situación política es más compleja porque sigue habiendo un país dividido étnicamente con esas crisis de identitarismo en que se empeñan por entrar algunos partidos políticos, pero el tema indudablemente está mucho mejor que hace algunos años", explicó.
Aparte, "tenemos, como en todos los países del mundo, una durísima crisis económica que aquí se hace notar casi más, y eso hace que el descontento aflore y dé lugar a otro tipo de tensiones, que revierta en otro tipo de cuestiones, como son las étnicas y demás", añadió.
En todo caso, el embajador aseguró que la "obligación" es "ser optimistas" y "no crear malos augurios sobre Bosnia y Herzegovina". "Las cosas han mejorado mucho en la reconstrucción física y en la reconstrucción moral del país, pero todavía hay mucho que caminar, sin duda alguna; ésta es una guerra que concluyó hace 15 años, una guerra muy cruel, tremendamente deshumanizada, y hay muchas cicatrices todavía por cerrar", advirtió.
"Hay miles de víctimas sin identificar, miles de familias que buscan todavía a sus familiares asesinados durante esta guerra, tardará en cicatrizar, pero de lo que se trata ahora es de que cada cual encuentre el camino político y el camino de expresión política por vías pacíficas, por vías democráticas, y eso poco a poco se va logrando", aseguró.
