MADRID, 17 (EUROPA PRESS)
La decimoquinta jornada de protestas en la calle Ferraz ha reunido a 1.000 personas --según ha informado la Delegación del Gobierno-- donde la tensión ha ido en aumento entre los manifestantes que ocupan las primeras filas de la concentración desde donde se han lanzado objetos a la Policía Nacional que ha se ha enfundado los cascos de protección.
Estos manifestantes agolpados en la primera línea como viene sucediendo en jornadas anteriores con capuchas y la cara tapada han comenzado a llegar a la concentración sobre las 21.00 horas y, tiempo después, han iniciado el lanzamiento de objetos a la prensa y a la Policía Nacional además de petardos y quema de esteladas al grito de 'Que arda la estelada'.
Sobre las 22.00 horas la Policía se ha puesto en alerta después de los manifestantes derribaran el vallado de seguridad y sobrepasaran los límites dispuestos por los efectivos antidisturbios llamando mediante megafonía a la calma y avisando de una intervención policial inminente si continuaban arrojando objetos.
A la concentración se ha sumado, como en ocasiones anteriores, el secretario general de Vox, Javier Ortega Smith, mientras que los asistentes reclamaban la presencia del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo dedicándole el cántico: 'Donde está, no se vé, el gallego del PP'.
Alrededor de las 19.30 horas, la Policía Nacional ha comenzado a blindar la zona, desde la esquina de Marqués de Urquijo donde se han concentrado los primeros manifestantes este viernes cuando precisamente se cumplen 15 días desde que empezaran las concentraciones, si bien esta jornada reúne a menos personas que en las anteriores convocatorias a esta misma hora.
Los manifestantes portan banderas de España y pancartas en contra de la amnistía y de Pedro Sánchez, al tiempo que cantan en contra de los pactos del PSOE con los partidos nacionalistas catalanes.
Entre los manifestantes también se observan banderas carlistas y franquistas y se corea 'Rufián subnormal' y 'a Pedro Sánchez le gusta la fruta', en referencia a las palabras en forma irónica que la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, dijo proferir a Pedro Sánchez en la primera sesión del debate de investidura en el Congreso de los Diputados.
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