El dueño de Almacenes Pumarín, una de las empresas investigadas en el 'Caso Marea', defiende su inocencia

Sánchez, con su abogado, Javier Dapena.
EUROPA PRESS

Asegura que nunca hubo "cosas raras" y que reinvirtió en empleo en lugar de enriquecerse


OVIEDO, 20 Mar. (EUROPA PRESS) -

El dueño de Almacenes Pumarín S.A. (APSA), Alfonso Carlos Sánchez, ha defendido este miércoles su inocencia en relación a su imputación en el 'Caso Marea' sobre supuestas contrataciones irregulares en el ámbito de la Administración asturiana y ha incidido en la capacidad logística y financiera de la empresa, que la hacía más competitiva en los procesos de contratación y homologación.

"Trabajé desde niño para llegar a esta situación", ha lamentado durante su declaración ante la comisión parlamentaria que investiga el caso, asegurando que nunca hubo "cosas raras" sino que reinvirtió en empleo en lugar de enriquecerse. "Da la sensación que soy un asesino cuando me pasé toda la vida trabajando. Hay que poner las cosas en su justa medida, todos nos equivocamos pero creo que todo lo bueno que hice no se tuvo en cuenta para nada. Llevo dos años sufriendo", ha apuntado respecto al "juicio público y mediático" al que dice sentirse sometido.

En este sentido, el presidente de la comisión, el diputado de UPyD Ignacio Prendes, ha aseverado que no se pretende ninguna "cacería" sino que se trata de "una actividad de control de la administración pública", que se desarrolla en la Cámara "con toda normalidad" y sin que se prejuzgue "a nadie".

El empresario imputado, que acudió en compañía de su abogado, Javier Dapena, se acogió a su derecho a no responder preguntas y se limitó a leer una declaración en la que ha dicho que este proceso le ha sumido en la ruina económica, moral, empresarial y personal a la espera de un juicio "que aun no conoce sentencia". Así, ha lamentado que la presunción de inocencia en su caso haya sido "un mito, una quimera". Por ello, ha proclamado su inocencia "aunque el daño ya está hecho".

Alfonso Carlos Sánchez ha explicado que APSA, de la que mantiene sus acciones pero ha perdido todo vínculo empresarial, fue fundada por su padre y registró un importante crecimiento "gradual y acorde a la inversión realizada", llegando a tener 130 trabajadores, casi más que los de todas las empresas competidoras juntas, y apostando por diversificar y crear nuevos servicios para dar estabilidad a la empresa, con una extensa red comercial que cubría toda la superficie de Asturias. En la actualidad, ha dicho, se esfuerza por seguir adelante "pese a la contaminación a la que se ha visto sometida", por lo que ha agradecido el apoyo de sus empleados al proyecto.

RECHAZA QUE EXISTIERA UNA TRAMA

Asimismo, ha rechazado que existiera ninguna trama de corrupción entre determinadas empresas, como la suya, y la administración autonómica. "Se habla de trama de corrupción, pero para que haya trama tiene que haber acuerdos y relación", dijo, negando más contacto con Víctor Muñiz, de Igrafo, que el de meros competidores conocidos. Igualmente, ha desmentido regalos más allá de detalles de entre 30 y 180 euros en fechas tradicionales, algo que entiende es "una práctica habitual en ámbitos empresariales" y que "no pasa de ser una atención formal por la confianza depositada en la empresa a lo largo del tiempo". "No hemos regalado vehículos a persona alguna y no existía ánimo alguno de fraude", ha añadido.

Respecto a los procesos de contratación por homologación y contratos menores, ha incidido en que se desarrollaban según el marco legal aplicado en todo el ámbito nacional, resaltando que para concurrir se requiere inversión y asunción de riesgos, que no todas las empresas pueden o están dispuestas a asumir. "Desconozco si los procedimientos eran o no regulares desde el punto de vista administrativo", ha reconocido, afirmando que, como empresa, se limitaba a atender las demandas de los clientes.

"De verdad hay alguna empresa que pusiera en tela de juicio un sistema al que todos nos amoldábamos", se ha preguntado, destacando que hubo ejercicios en los que facturando entre 20 y 24 millones de euros, APSA llegó a sostener deuda de entre 10 y 12 millones de euros. En este sentido, hizo hincapié en la capacidad logística y financiera de su empresa, al tiempo que propuso que se dote de más medios a la intervención para ejercer los controles.