MADRID, 27 Feb. (EUROPA PRESS) -
El etarra Igor Miguel Angulo Iturrate, que apareció ahorcado esta mañana en la prisión de Cuenca, tenía las manos detrás enredadas con el cordón con el que fabricaba pulseras, según informaron a Europa Press fuentes penitenciarias.
Las mismas fuentes precisaron que la distancia que había entre ambas manos era grande, lo que hace suponer que dejó flojo el cordón para poder pasarlo por detras de los pies una vez que se había atado.
Precisaron también que posiblemente no haya pasado mucho tiempo desde que se produjera la muerte hasta que se encontró el cuerpo en el recuento de las ocho de la mañana, ya que estaba aún caliente, no obstante, matizaron que la hora del óbito la tendrá que determinar el forense.
La autopsia no se ha realizado aún ya que se está a la espera de que lleguen los familiares del fallecido antes de iniciarla y tendrá que autorizarlo el juez de guardia, que llevará a cabo la investigación que se ha abierto.
Cuando los funcionarios realizaron el recuento, se encontraron a Angulo Iturrate ahorcado de los barrotes de la celda, con los cordones de las botas. El etarra tenía en las manos atrás enredadas en un cordón y una silla al lado.
Las fuentes consultadas explicaron que, hasta el momento, no se ha encontrado ninguna carta y tampoco se tenía conocimiento de que tuviera problemas psicológicos. Explicaron que no había generado problemas en prisión aunque seguía en todo momento las directrices de la banda terrorista.
No es la primera vez que un etarra que aparece ahorcado tiene las manos atadas. Fuentes consultadas apuntaron que esto suele ocurrir para no arrepentirse. Así, en casos anteriores, como el de José María Aranzamendi Arburu, que se suicidó el 7 de febrero de 1997, también tenía las manos atadas, en este caso con un pañuelo y además apareció con los pies atados con unos cordones.
