MADRID, 1 Jun. (EUROPA PRESS) -
El exministro de Asuntos Exteriores José Manuel García-Margallo ha afirmado que desconoce si el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, quiere seguir liderando el PP y convertirse, por ende, en jefe de la oposición al futuro Gobierno del socialista Pedro Sánchez pero, en todo caso, ha recalcado que "está legitimado" para seguir al frente del mismo, si así lo quisiera.
Así lo ha puesto de manifiesto en los pasillos del Congreso de los Diputados al ser preguntado sobre qué debería hacer Rajoy tras el triunfo de la moción de censura en su contra, que le apartará del poder tras más de seis años.
EL PP DEBE AHORA "REFLEXIONAR"
"Si el presidente quiere seguir liderando el partido, está legitimado para liderarlo. Rajoy ha sido un gran presidente del Gobierno y ha resuelto problemas que parecían imposibles cuando llegó al poder en 2011. No hay nada que le descalifique si quiere seguir como líder de la oposición", ha aseverado.
En todo caso, considera que el PP debe ahora "reflexionar y examinar con tranquilidad qué ha ocurrido, por que ha ocurrido y en qué medida somos responsables de lo que ha ocurrido para ir corrigiendo nuestra posición".
Y ha añadido que, ahora en la oposición, el PP debe colaborar con el Gobierno en aquellos temas que son "esenciales". "Hay que marcar con claridad las líneas del consenso y del disenso: el consenso en grandes cuestiones que afectan a la vertebración de la nación, y el disenso en aquellas cuestiones en que las visiones ideológicas discrepen, pero siempre con lealtad al pueblo español", ha explicado.
PREOCUPACIÓN POR EL NUEVO GOBIERNO
Preguntado sobre cómo ve el inminente Gobierno de Pedro Sánchez, Margallo ha admitido que "con cierta preocupación" teniendo en cuenta los socios "heterogéneos" con los que cuenta y las visiones "tan diferentes" que tienen sobre España.
En todo caso, ha subrayado que espera que el bloque constitucionalista responda "de la misma manera que hasta ahora" respecto a la crisis catalana, "garantizando la legalidad y estableciendo un diálogo entre todos los partidos para intentar ir encauzando y desencallando" el problema y hacer un programa nacional que sirva para "seducir" a los españoles, especialmente a los catalanes independentistas.
