MADRID, 17 Mar. (EUROPA PRESS) -
El exministro de Exteriores Miguel Ángel Moratinos ha asegurado este lunes que él intervino de forma "personal" ante la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, para pedir cooperación judicial en la investigación de la muerte del cámara José Couso, pero ha admitido que ningún intento tuvo éxito y no cree que Estados Unidos vaya a cooperar en la causa.
Así, ha expresado "respeto" por la decisión del juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz de no archivar la causa, pero ha avisado de que "va a ser muy complicado encontrar una respuesta de colaboración por parte de las autoridades norteamericanas", en declaraciones a La Sexta recogidas por Europa Press.
Moratinos ha asegurado que el Gobierno del que formó parte intentó "ayudar al juez Pedraz" en esta causa ante la Administración estadounidense, y que él mismo hizo una "intervención personal" ante su entonces homóloga, Hillary Clinton, pero que "la respuesta siempre fue totalmente negativa".
"Están cerrados en banda, no ha habido manera de moverles a una mínima cooperación en materia judicial en este caso", ha remachado. El cámara de Telecinco José Couso murió en el hotel Palestina de Bagdad (Irak) el 8 de abril de 2003 por un disparo estadounidense.
A pesar de la entrada en vigor de una nueva ley que restringe la Justicia universal, el juez Pedraz se ha negado a archivar la causa en la que se investiga su muerte, al considerar que la limitación de la Justicia universal contravendría la cuarta Convención de Ginebra, que obliga a "perseguir los delitos contra las personas y bienes protegidos en caso de conflicto armado".
En un auto dictado este lunes, el juez Pedraz sostiene que la jurisdicción española "sí es competente para investigar" estos hechos porque, de otro modo, se estaría admitiendo "la posibilidad de que una norma interna modifique o derogue una disposición de un tratado o convenio internacional vigente para España, lo cual está proscrito".
En la causa están procesados y bajo orden de busca y captura tres militares del Ejército estadounidense por un delito contra la comunidad internacional en concurso con otro de homicidio. Se trata del teniente coronel Philip de Camp, el capitán Philip Wolford y el sargento Thomas Gibson.
