MADRID, 19 Dic. (EUROPA PRESS) -
El nuevo embajador de Marruecos en España sigue sin incorporarse a la legación diplomática en Madrid, cuando está a punto de cumplirse --en enero próximo-- un año de la marcha de su antecesor.
El ex dirigente del Frente Polisario Ahmadu Uld Suilem, a quien España concedió el plácet (visto bueno diplomático) en abril pasado, aún no ha desembarcado en la Embajada, según han confirmado a Europa Press fuentes de la legación.
El pasado 26 de noviembre, Mohamed VI recibió a Uld Suilem en audiencia en el Palacio Real, en un acto que constituía su nombramiento oficial como representante de Marruecos en España y el único trámite que faltaba para que se incorporara a su nuevo puesto.
La confirmación de su nombramiento llegaba así meses después de que se hubiera hecho público que el monarca le había elegido para esa responsabilidad y de que España le concediera el plácet sin mucho entusiasmo, puesto que agotó los plazos temporales que tenía para ello.
La legación marroquí en Madrid permanece sin embajador desde la marcha en enero de su anterior representante, Omar Azziman. El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, auguró a finales de septiembre pasado, tras reunirse con Mohamed VI en Nueva York, que la incorporación de Uld Suilem se produciría "en un breve plazo de tiempo".
La confirmación de Uld Suilem llegó casi dos meses después de que España renovara a su embajador en Rabat, y colocara a Alberto Navarro en sustitución de Luis Planas. Navarro presentó el jueves cartas credenciales ante Mohamed VI, acto por el que el reino alauí le reconoce oficialmente como representante de España en ese país.
Uld Suilem, a quien se considera miembro fundador del Polisario y consejero del secretario general del movimiento, Mohamed Abdelaziz, abandonó los campamentos de Tinduf (Argelia) en 2009 y pasó a defender la propuesta de autonomía para el Sáhara Occidental del Gobierno marroquí.
Tras abandonar los campamentos, denunció que tanto Argelia como el Polisario inflan el número de personas que viven en Tinduf, que no superan, según él, las 50.000 personas, frente a las 160.000 que cuenta el movimiento independentista.
