La presidenta filipina justifica la conmutación de penas aludiendo a la reflexión sobre los valores cristianos

MANILA 17 Abr. (EP/AP) -

La presidenta filipina, Gloria Macapagal Arroyo, justificó hoy en boca de su portavoz de Gobierno su decisión de conmutar la pena de muerte por cadena perpetua a más de mil presos, entre ellos al español Francisco Larrañaga, aludiendo a su reflexión sobre los valores cristianos.

Mientras la Iglesia Católica y activistas opositores a la pena de muerte aplaudieron el anuncio de Arroyo, el portavoz de la dirigente filipina, Ignacio Bunye, afirmó que "la presidenta no busca ni espera ningún tipo de recompensas políticas por su decisión".

La medida "se produjo después de la contemplación profunda y la reflexión en el campo de valores cristianos", indicó Bunye, que indicó que desde el Gobierno "se entiende el daño profundo infligido a las familias de las víctimas de crímenes atroces". "Pero la presidenta cree que perdonar sin comprometer a la justicia criminal podría ser un buen principio para que la nación pueda seguir adelante", dijo.

La medida salvará la vida a aproximadamente 1.200 presidiarios que se encontraban en el corredor de la muerte, incluyendo a al menos 11 militantes de la red de Al Qaida.

Por otra parte, el líder de la asociación Voluntarios contra el Crimen y la corrupción, Dante Jiménez, aseguró haber recibido llamadas telefónicas de dos familias de víctimas en las que le transmitieron que "encontrarían la manera de hacer pagar a los que cometieron crímenes atroces contra sus seres queridos", sin precisar detalles. "Esto es un problema. Se hará de esto un ojo por ojo y diente por diente", comentó Jiménez.

Arroyo, en un mensaje con motivo del Domingo de Resurrección, anunció el sábado un "cambio de política" para reemplazar la pena de muerte por condenas a cadena perpetua. Un segundo comunicado de la Presidencia filipina explicó después que los beneficiarios de la medida presidencial "se estimaban en mil".