PALMA DE MALLORCA, 6 Abr. (EUROPA PRESS) -
Una veintena de geólogos y físicos de Baleares, Andalucía, Comunidad Canaria, Cataluña, Valencia y Murcia se reúnen hoy en Palma para unificar criterios en la elaboración de planes de emergencia de riesgos sísmicos, para la prevención y detección de un eventual terremoto o tsunami desencadenado por los movimientos de las placas tectónicas.
Así lo aseguró el director general de Emergencias del Govern, Joan Pol, minutos después de inaugurar la cuarta sesión del Grupo de Trabajo de Riesgo Sísmico de la Comisión Nacional de Protección Civil, donde destacó que las islas tienen un riesgo sísmico "bajo", igual que Cataluña e inferior al de Granada, Murcia o Alicante.
En este sentido, explicó que en el archipiélago existen otro tipo de riesgos relacionados con el perfil montañoso y la estructura geológica del territorio, como es el peligro de desprendimientos y el riesgo a que se produzca un tsunami. "Las islas lindan con la cuenca argelina, que está en constante movimiento, lo que eleva el riesgo de que un movimiento de estas caraterísticas afecte a la costa de Baleares".
Sin embargo, Pol remarcó que no hay que ser alarmistas y añadió que encuentros como el que hoy se celebra en la capital mallorquina tienen el objetivo de sentar las bases de los protocolos de actuación en caso de producirse un movimiento sísmico en algún punto del territorio español que entrañara un riesgo para la seguridad de la ciudadanía.
Así, explicó que con el objetivo de minimizar las consecuencias ante una eventual situación de peligro, los técnicos de la dirección general de Emergencias de Baleares han elaborado un catálogo de los edificios que son más vulnerables a verse afectados por un movimiento de las placas tectónicas. "Algunas fincas antiguas de los alrededores de Palma están sujetas a planes de rehabilitación para conseguir que cumplan la normativa de seguridad", destacó Pol.
Por otra parte, recalcó que son tan importantes las medidas de detección, focalizadas en la evaluación de los cimientos y la estructura de los edificios, como la determinación de "planes reactivos", dirigidos a establecer una estrategia adecuada, eficaz y regulada de las actuaciones a seguir si se activa la alarma de riesgo sísmico.
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