Actualizado 09/06/2013 14:00

Desde el parqué.- Indecisión.

MADRID, 9 Jun. (OTR/PRESS) -

El IBEX logró terminar la semana en positivo, pero los inversores anduvieron toda la semana indecisos e hipernerviosos. Tuvo que llegar el viernes y la publicación de los datos de empleo de Estados Unidos para recomponer un poco los ánimos. Al final el selectivo español cerró la semana con una caída del 0,65 y abrirá el lunes en los 8.266 puntos. Eso sí, la prima de riesgo se fue casi de nuevo hasta los 300 puntos. La venta de deuda no fue del todo mal, pero la pasividad del BCE dejó helado a los mercados. No sólo se esperaba que el presidente anunciara el jueves una nueva rebaja de los tipos de interés sino también alguna medida que dejara clara su actuación, alguna medida de estímulo como la reactivación del crédito a las pequeñas y medianas empresas. No fue así y ese día que la bolsa española parecía tomar aliento, lo perdió y el diferencial de la deuda española con la alemana cerró por encima de los 300 puntos.

En España, fue muy bueno el dato de empleo y de afiliaciones a la Seguridad Social el mes de mayo. Los mercados lo celebraron, pero la noticia no fue suficiente para sujetar a la bolsa y a la prima de riesgo. Parece que algunos datos de la economía española se van recomponiendo y todo el mundo se pregunta si marcarán tendencia o serán flor de verano. Las críticas fundamentales vinieron por la estacionalidad de los datos, a pesar de que quitado el efecto calendario la estadística seguía siendo positiva. De hecho, mayo es el tercer mes consecutivo de rebaja del desempleo y de aumento de afiliaciones. Los mejores datos de mayo en toda la serie histórica, desde 1996.

Bastante importante fue también la reunión de Mariano Rajoy en Bruselas. La Comisión Europea dio un espaldarazo a las reformas de Rajoy, aunque seamos conscientes de que queda mucho trabajo por hacer. La semana que viene será decisiva para la reforma del Sistema Público de Pensiones una vez que el comité de expertos ha hecho pública sus recomendaciones. El IPC dejará de ser referencia para su revalorización y se podrían tener en cuenta factores como la esperanza de vida y la situación de la economía, y por tanto, de las finanzas del sistema. Veremos cómo acoge la comisión del Pacto de Toledo del Congreso y los agentes sociales esta reforma. Pero, sobre todo, cómo es capaz de asimilar la sociedad española que el sistema actual no da más de si y probablemente las pensiones sean más bajas en el futuro.