José Cavero.- El culebrón del socialismo madrileño

MADRID 9 Ago. (OTR/PRESS) -

Finalmente, sin cámaras ni fotógrafos, se reunieron durante un par de horas el presidente Zarapatero, secretario general del PSOE y el presidente de los socialista madrileños, Tomás Gómez. Fue una reunión secreta en la Moncloa y en ella Zapatero trató de convencer a Gómez de que renunciara a presentarse como candidato socialista a la Comunidad de Madrid, pero no logró su propósito. El líder madrileño rechazó los argumentos del secretario general del PSOE y se negó a facilitar el camino para que la actual ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, encabece la lista de los socialistas.

El fracaso de Zapatero aboca al PSOE a abrir un proceso de elecciones primarias para designar al candidato a las próximas elecciones autonómicas. Los testimonios del encuentro hablan de reunión tensa, en la que Gómez propuso a Zapatero que Jiménez fuera de número dos en una lista encabezada por él mismo. El presidente rechazó esa solución. Irritado, según fuentes conocedoras de la reunión, le dijo: "Si estás tan seguro de que tú eres el mejor, adelante, vayamos a primarias". De manera que, por ambas partes se ha decido apostar por los mecanismos de democracia interna que rigen en el PSOE para la elección de candidatos a las próximas elecciones autonómicas y municipales en la Comunidad de Madrid, que son precisamente las elecciones primarias entre los dos aspirantes y algún otro que se pudiera sumar.

Se cuenta también, en la nota oficial posterior al encuentro, que Zapatero trasladó al dirigente madrileño su reconocimiento por la tarea realizada al frente del partido en Madrid, así como "su derecho a ser candidato". También afirma que "le trasladó su deseo de poner en marcha los mecanismos de democracia interna para que sean los militantes quienes decidan quién será su candidato o candidata a la Comunidad de Madrid, postura con la que coincidió Tomás Gómez".

También se sabe Gómez transmitió a Zapatero "la decisión colectiva, adoptada tras un proceso de reflexión compartida, de presentar su candidatura". Y añadía una frase que a más de uno pudiera sonaba a aviso: "Desde el PSM confiamos plenamente en que la Comisión Ejecutiva Federal actuará con absoluta neutralidad".

Esta reunión entre Zapatero y Gómez se ha producido después de una semana especialmente agitada en el socialismo madrileño, que ha hecho temer una fractura en el PSOE madrileño. Sostiene un veterano socialista del PSM que las bases del conflicto toman cuerpo y una ola de indignación en solidaridad con Tomás Gómez está en crecimiento continuo. Tomás Gómez ha estado y sigue en contacto permanente con los militantes. Cuenta la cronista de El País que algunos asistentes a esas reuniones señalan que en ellas se estableció un clima en contra de la dirección federal y de apoyo a Gómez "como víctima del poder federal".

Los mensajes telefónicos con la consigna "pásalo" han recorrido la organización madrileña y los medios de comunicación, siempre con el mismo argumento: la dirección federal trata de imponerse, imponiéndose a la democracia interna. A estos dirigentes, indignados con el modo de hacer de Zapatero, Blanco y Pajín, se han incorporado públicamente la ex ministra Matilde Fernández y el ex presidente del Congreso de los Diputados Gregorio Peces-Barba.

Fernández, actual diputada del PSOE en la Asamblea de Madrid, declaró que es "democrática y humanamente inaceptable la presión" a la que la dirección federal de su partido estaba sometiendo al líder de los socialistas madrileños, al que trasladó sus ánimos para que "no tire la toalla" y "siga adelante". Peces-Barba también se refirió a "la presión" sobre Gómez, diciendo que "no es democrática" y pidiendo que "en todo caso, haya unas elecciones primarias". En su opinión, el líder del PSM "tiene muchas posibilidades" de vencer en unos comicios autonómicos.

Esa es, en el fondo, la gran cuestión: ¿quién es mejor candidato, Gómez o Jiménez? Y de fondo la certeza de que no se hubiera llegado tan lejos con un presidente-secretario general tan desgastado por la crisis y la oposición. Ésta, mientras tanto, se carcajea de los males ajenos.