MADRID, 2 Ago. (Portalgeek) -
El sarcasmo es la manera elegante de ser un h... descarado, por decirlo finamente; una forma eficaz de proferir un insulto dando a entender lo contrario, y salir airoso (o incluso triunfante) de la conversación. Es por ello que este tipo de humor tiene muchos detractores, incluyendo a los que todavía no lo saben, porque no se han dado cuenta de que no se trata de chistes inocentes.
No obstante, múltiples investigaciones han revelado que los comentarios sarcásticos, cuyo fin último es humillar de forma despiadada y sangrienta a alguien, no están reñidos con ganarse su amistad eterna y con las habilidades sociales en general, y que incluso mejoran la creatividad y el funcionamiento cognitivo tanto de quien los emite como de la persona a quien van dirigidos.
Para averiguar de qué forma afecta el pensamiento sarcástico al funcionamiento cognitivo, un equipo de investigadores de la Escuela de Negocios de Harvard asignó a los participantes tres grupos en los que se simulaban diálogos sarcásticos, sinceros y neutrales y, acto seguido, les encomendaron tareas de alto componente creativo. Así, los investigadores encontraron que los participantes más hábiles a la hora de desempeñar dichas actividades eran los del grupo de la conversación sarcástica, donde un 64 por ciento de ellos fue capaz de hallar una solución creativa y completar la tarea con éxito.
Los autores del trabajo extrajeron la conclusión de que el sarcasmo cataliza la creatividad y favorece la función cognitiva, ya que a fin de entender y transmitir un comentario sarcástico, el cerebro se sirve del pensamiento creativo. Dicha mejora se produce tanto en la persona emisora como en la receptora de la misma, siempre que esta última sea capaz de interpretar el comentario de forma no literal.
Además de tener beneficios a nivel introspectivo, el humor con toques descarados y oscuros también ofrecería ventajas a la hora de entablar relaciones sociales (por pocas que sean). Según una investigación de la Universidad de California publicada recientemente, el sarcasmo es una forma más de adaptación y de supervivencia, que ayuda a clasificar las relaciones sociales y a descartar aquellas entabladas con individuos con nula habilidad social, incapaces de entender la burla mordaz.
