El 70% de los fieles implicados en el camino sinodal en la Iglesia española son mujeres

MADRID, 3 Mar. (EUROPA PRESS) -

El 70% de los fieles que participan activamente en la fase diocesana del camino sinodal en las parroquias españolas son mujeres, según los resultados de una consulta realizada por la Conferencia Episcopal Española (CEE) en el marco de la primera fase del proceso sinodal.

De los datos, consultados por Europa Press, se desprende que hay un gran número de diócesis en las que más de 100 parroquias están implicadas en el camino sinodal y que muchas diócesis superan los 100 grupos y, en varias, se han contabilizado más de 300.

Sobre el perfil de los participantes, en su mayoría son mujeres (70%) con una edad media de entre 55 y 60 años, y son catequistas o están implicados en órganos sinodales parroquiales, liturgia, delegaciones diocesanas, hermandades y cofradías, centros de enseñanza, cáritas, prisiones, pastoral de la salud, misiones o grupos de oración, entre otros.

Según su relación con la Iglesia, en torno a un 80% de los participantes son laicos adultos; un 10%, jóvenes, un 5%, niños y adolescentes; un 20%, miembros de asociaciones, y un 10%, religiosos y sacerdotes. Asimismo, hay casos "muy puntuales" de miembros de otras Iglesias. Además hay un mayor porcentaje participando a través de la Conferencia Española de Religiosos (CONFER), en congregaciones y monasterios.

Todos estos datos se han puesto de relieve en la última reunión del equipo sinodal de la Conferencia Episcopal Española constituido para apoyar la celebración de la fase diocesana del sínodo de los obispos.

El Papa Francisco ha querido que la XVI Asamblea sinodal de los Obispos, que se celebrará en Roma en octubre de 2023 con el tema 'Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión', se articule en tres fases: una diocesana, otra continental, y otra para la Iglesia universal.

En el encuentro del equipo sinodal de España, que tuvo lugar el pasado martes, los miembros del grupo dialogaron sobre el momento actual, teniendo como base las respuestas de las diócesis al cuestionario del equipo sinodal para valorar el camino recorrido.

Mirando al futuro, concluyeron que "se va perfilando el final de esta primera fase del proceso sinodal", con la recopilación de las síntesis del trabajo que se ha realizado en las asambleas diocesanas y la organización, para el 11 de junio, de la Asamblea final.

DIFICULTADES PARA LLEGAR A PERSONAS "ALEJADAS"

Según los datos recopilados en las diócesis, "no ha sido fácil" llegar a las personas "alejadas" de la Iglesia. Sin embargo, destacan que se ha conseguido implicar a asociaciones civiles, miembros de partidos políticos, de prisiones, centros de acogida, universidades y centro educativos o usuarios de servicios como Cáritas.

La mayoría de las diócesis trabajan en una triple dirección: presentando lo que es el proceso sinodal con actividades por distintos puntos de la diócesis, elaborando materiales propios teniendo como base el documento preparatorio del Sínodo y convocando encuentro formativos.

Para coordinar los trabajos se han creado equipos diocesanos sinodales, que también se han encargado de la labor de formación. También se han puesto en marcha, en algunos casos, espacios de coordinación con las parroquias.

La mayoría de las diócesis reconocen estar en torno a la mitad del proceso, pues hay grupos que todavía están arrancando, pero otros están ya preparando la síntesis final.

La valoración del proceso sinodal en esta fase diocesana es "prácticamente por unanimidad positiva", especialmente entre los laicos. Se habla de "entusiasmo, interés, alegría, novedad, oportunidad, ilusión y esperanza".

Destacan especialmente el hecho de que está ayudando a "descubrir la corresponsabilidad, la necesidad del protagonismo de los laicos y a abrir nuevos horizontes de trabajo pastoral". También valoran positivamente que está sirviendo para "tomar una mayor conciencia de comunidad parroquial y de acercamiento a la Iglesia".

En estos meses de trabajo también se han detectado algunas "dificultades" a nivel externo e interno. Respecto a las primeras, señalan la integración de la propuesta sinodal en los ritmos, planes y proyectos diocesanos que estaban ya en marcha; y la pandemia, que ha impedido poder celebrar encuentros programados y reuniones de grupo.

A nivel interno, enumeran: "la falta de motivación, el desconocimiento de lo que es e implica la sinodalidad; la diferencias en los diálogos, y la dificultad para llegar a los alejados".

Prácticamente todas las diócesis tienen ya en agenda celebrar una asamblea final que sería entre los meses de marzo y junio. La Asamblea final estará centrada en la presentación de la síntesis diocesana de los trabajos, en compartir testimonios sobre la experiencia y en la celebración de la Eucaristía.