¿Qué es la compasión y cuáles son sus efectos?

Compasión
EUROPA PRESS
Actualizado: martes, 10 abril 2018 12:45

MADRID, 10 Abr. (Manuel Paz, médico y psicoterapeuta) -

La práctica de la atención plena, Mindfulness, y el cultivo de la compasión, están siendo incorporadas en una gran cantidad de terapias y programas de tratamiento, médicos y psicológicos. Pero, ¿qué es la compasión?, ¿la entendemos de manera similar en occidente que en oriente?, ¿se trata de algo que puedo ejercitar activamente?, ¿para qué resulta beneficioso?

Son cada vez más los estudios científicos que demuestran los beneficios clínicos de la práctica de la compasión en la salud física, como por ejemplo mejorando la función del sistema inmune, al igual que en la salud mental, ya que genera bienestar y favorece la regulación emocional.

Como subraya el prestigioso neurocientífico Richard Davidson: "la mejor forma de activar los circuitos neurales de las emociones positivas en el cerebro es a través de la generosidad".

En occidente, el mayor conocimiento de los beneficios del cultivo de la compasión, está generando el desarrollo de programas específicos que facilitan su práctica.


¿ES LA COMPASIÓN SINÓNIMO DE SENTIR PENA POR ALGUIEN?

No, aunque es cierto que en occidente asociamos la compasión con compadecerse o apiadarse por el sufrimiento de otra persona. Lo entendemos como "dar pena", lo que genera rechazo al llevar implícito una desigualdad entre ambas personas, una sensación de superioridad del que tienen dicho sentimiento sobre el que sufre.


¿ENTONCES, QUÉ ES LA COMPASIÓN?

Es mantener una actitud bondadosa, de amor y respeto, hacia los demás y hacia uno mismo. Dicha actitud consta de la capacidad de reconocer lo que siente otra persona, ser sensible a su experiencia (empatía), junto con la intención de aliviar el sufrimiento ajeno y procurar bienestar (altruismo).


¿CÓMO PUEDO EMPEZAR A PRACTICAR LA COMPASIÓN?

De manera informal, cualquier acción o gesto, por pequeño que sea, de amabilidad, bondad y ternura hacia otra persona es en sí mismo una forma de cultivar la compasión.

Mirar al dependiente de un comercio y saludarle con amabilidad, ceder el paso u ofrecer el asiento en el transporte público, dar las gracias cuando recibamos un gesto de atención o generosidad. Estas acciones sencillas no sólo generan un efecto positivo en la experiencia y la conducta del otro, sino que también producen un sentimiento de bienestar en uno mismo.


¿HAY FORMAS ESPECÍFICAS DE PRACTICAR LA COMPASIÓN?

Sí, mediante programas específicos que ofrecen una variedad de técnicas para la práctica de la compasión. Estas técnicas suelen iniciar el cultivo de la compasión con un ser querido, pero con la práctica, se puede extender de manera ilimitada a cualquier otra persona o ser.


¿ES LA PRÁCTICA DE LA COMPASIÓN LO MISMO QUE MINDFULNESS?

No, aunque ambas son prácticas de meditación, no son lo mismo. La práctica de la atención plena (Mindfulness) consiste en la capacidad de dirigir la atención y ser consciente de lo que ocurre en el momento presente, de mantener la conciencia en el aquí y ahora y vivirlo con plenitud y aceptación, sin juzgar. Sin embargo, cuando practicamos la compasión estamos cultivando intencionadamente un estado emocional de bondad, empatía y generosidad.


¿QUÉ EFECTO TIENE LA PRÁCTICA DE LA COMPASIÓN EN EL CEREBRO?

El cultivo de la compasión tiene importancia porque activamos vías neuronales que progresivamente, con la práctica, se van asociando y "aprenden" a descargarse juntas (D. Hebb, 1949).

Al conectarse unas a otras repetidamente, se van construyendo redes neuronales en el cerebro que favorecen los automatismos, que son aprendizajes que dan lugar a acciones que reproducimos inconscientemente.

Cuanto más se realiza una tarea, como conducir, más sencilla y automática resulta. Del mismo modo, cuanto más "entrenamos" la compasión, más disponible tenemos esta actitud, con nosotros y con las personas que nos rodean.


¿Y CULTIVAR LA COMPASIÓN CAMBIA NUESTRA MANERA DE ACTUAR?

Sí, pues según sea la emoción que cultivemos, así será nuestra respuesta hacia nuestro entorno. Si cultivamos el miedo, responderemos con temor a numerosos estímulos. Si cultivamos la rabia y el resentimiento, responderemos con hostilidad. Si cultivamos el amor, la compasión, responderemos con bondad y amabilidad (Condon et al., 2013).


¿SE PUEDE PRACTICAR LA COMPASIÓN HACIA UNO MISMO?

Sí, también es muy importante que la persona lo dirija hacia sí misma. Cuando vivimos momentos de malestar, es habitual verse arrastrado con dureza por la propia mente hacia un estado de rumiación de pensamientos negativos hacia uno mismo.

Con la práctica de la compasión el primer paso es acallar esos pensamientos autocríticos como "Lo has hecho fatal", "eres incapaz", "todo lo haces mal", o de autoexigencia como "no me puedo equivocar", "lo tengo que conseguir solo", "tengo que ser el mejor", "lo primero es la obligación".

En esos momentos, es crucial tratarnos con amor, amabilidad y respeto, manteniendo una actitud compresiva hacia nuestro propio sufrimiento. Permitirnos descansar, pedir ayuda, reestructurar nuestros objetivos, aceptar nuestros límites, son actos de compasión hacia nosotros mismos que reportan bienestar, físico y emocional.


¿Y NO SERÍA ESO UNA ACTITUD AUTOINDULGENTE QUE IMPIDE EL DESARROLLO?

No necesariamente, aunque en ocasiones el trato amable hacia uno mismo puede provocar inseguridad, por desconfiar de que podamos desarrollarnos y crecer sin esa figura del severo crítico interno. Sin embargo, K. Neff, pionera en el estudio y práctica de la autocompasión en occidente, expresa que es una forma de motivación superior, pues por un lado evita generarnos tensión y estrés, lo que produce más bloqueo e ineficiencia, y por otro nos permite sentirnos seguros y confiados, lo que favorece la acción y la actitud de exploración.

En occidente, también podemos considerar que tratarnos con amabilidad es una actitud egoísta. Pero no se trata de no pensar en los demás, sino de, al hacerlo, tenerse en cuenta a uno mismo.

De hecho, mantener una actitud respetuosa y comprensiva hacia nosotros permite establecer una relación más objetiva con lo que vivimos, nos ayuda a aceptar nuestra realidad tal y como es. Y desde la propia aceptación podremos evolucionar como sintamos que es más oportuno para nosotros según nuestras circunstancias. Como decía Carl Rogers: "La paradoja de la vida es que cuando me acepto como soy, entonces puedo cambiar".

Si te apetece comenzar y tener la experiencia, ESCUCHA EL SIGUIENTE AUDIO que te guía para ello.

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"Llegará el momento
en que, con júbilo,
saldrás a recibirte a ti mismo.
En tu propia puerta, en tu propio espejo.
Y ambos sonreiréis ante la bienvenida del otro.
Y dirás, siéntate aquí, come.
Volverás a amar al extraño que fuiste tú mismo.
Sírvele vino, sírvele pan. Deja que tu corazón
regrese a sí mismo, al extraño que te ha amado
toda tu vida, a quien has ignorado.
Por otros, a quien te conoce de memoria.
Baja las cartas de amor de la estantería,
las fotografías, las notas desesperadas.
Y arranca tu propia imagen del espejo.
Siéntate. Celebra tu vida"

Derek Walcott

Manuel Paz Yepes
Médico y Psicoterapeuta.
IPSIMED - Integración Psicomédica