Los coreanos presentes en Lisboa, confían en que la próxima cita sea en su país

LISBOA 5 Ago. (Del enviado especial de Europa Press José María Navalpotro) -

"Espero que la próxima Jornada mundial de la Juventud (JMJ) sea en Seúl. Estamos seguros de que será allí. Para los católicos coreanos será muy importante", ha manifestado a Europa Press Jun Hee Dominic Lee, de la diócesis sudcoreana de Ui Jeongbu. En total, han venido a la JMJ de Lisboa 1.200 peregrinos coreanos, que confían que la próxima jornada sea en su país en 2026.

"Esperamos que así sea, es nuestra esperanza --asegura otra joven, de la diócesis de Seúl--. Tenemos la esperanza, además de que venga el papa Francisco, a quien queremos mucho".

De la diócesis de la capital coreana han venido 120 peregrinos, del total de 1.200 aquí presentes, según explica el P. Fabbiano Rebeggiano, un misionero italiano que desde hace años trabaja en el país asiático. -"¿Por qué tantos?". "Ya sabes, ¿no?", responde divertido.

Aunque es tradición que el lugar de la próxima Jornada se desvele en la Misa final, desde hace tiempo se rumoreaba que Seúl albergará la sede de la próxima JMJ, sea en 2026 o en otra fecha.

"Es muy importante para la Iglesia allí. El Arzobispo de Seúl quería que se celebrase para renovar la fe de los jóvenes. Tras la pandemia ha habido una crisis en la práctica religiosa", añade el misionero italiano.

"La sociedad coreana necesita conocer el amor de Cristo, en una sociedad muy dominada por el trabajo, con una de las tasas de fertilidad más bajas del mundo y con una de las tasas de suicidios más alta de Asia", destaca el P. Fabbiano.

Aunque el país ha experimentado una alta cifra de conversiones, "muchas tienen cierta raíz política. "La fe es un tanto superficial", apunta. Por ello, según el misionero, "la JMJ servirá para profundizar en las raíces y para evangelizar". "La mitad de la población no tiene ninguna religión. Los católicos son el diez por ciento", añade. Así pues, para el misionero en Corea, la JMJ servirá "para reevangelizar a los ya creyentes, y para evangelizar".

La figura del papa Francisco es muy querida allí, después de su primer viaje, en el que usó un coche muy popular y se mostró muy cercano al pueblo. "Eso gustó mucho, en una sociedad jerarquizada, demostró que las categorías sociales no le importan", concluye el misionero.

Muchos de los coreanos presentes aspiran a colaborar como voluntarios cuando se conviertan en anfitriones de la JMJ. "Tenemos que ayudar y devolver lo bien que nos han tratado", asegura Juh Hee Dominic.