Defensa reconoce por primera vez en España el síndrome del ex combatiente a un militar valenciano destinado en Irak

Actualizado: viernes, 16 mayo 2008 16:45

VALENCIA/MADRID, 16 May. (EUROPA PRESS) -

El Ministerio de Defensa ha reconocido por primera vez en España a un militar valenciano, veterano de Irak, el síndrome del excombatiente o trastorno por estrés postraumático, por el que tendrá una pensión vitalicia mejorada, y la baja como miembro de las Fuerzas Armadas, según aseguró a Europa Press Jesús Manuel González, el abogado del suboficial.

El Boletín Oficial del Ministerio de Defensa (BOD) publicó este miércoles la resolución de la Subsecretaría de Defensa por la que se fijó el pase a retiro del suboficial del Ejército de Tierra, que responde a las iniciales F.C.S., como consecuencia de padecer el síndrome del ex-combatiente.

La citada resolución, recogida por Europa Press, no cita explícitamente el síndrome como causa del pase a la situación de retiro y fue firmada el 28 de marzo pasado por la Subsecretaría y ratificada el 8 de mayo por el director de Personal del Ejército de Tierra, general Francisco Manuel Ramos. La resolución establece la declaración de inutilidad permanente para el servicio "acaecida en acto de servicio" por "insuficiencia de condiciones psicofísicas", de acuerdo con la Ley de la Carrera Militar y con la Ley de Derechos Pasivos del Personal Militar.

Con ello, a juicio del abogado del suboficial, el Ministerio de Defensa reconoce por primera vez en España que el síndrome del ex combatiente guarda relación de causa-efecto con las experiencias traumáticas que vivió en su actividad profesional durante la misión humanitaria realizada en Irak en 2003.

El suboficial, según explicó su letrado del despacho Acuña Abogados, desarrolló durante ese periodo diferentes tareas de reconocimiento NBQ (nuclear, biológico y químico) en Irak y se encontró sometido a situaciones de "alto riesgo" y de "alerta constante".

Además, a esta tensión "propia" de su misión, se unió la guerra civil entre suníes y chiíes; ataques de morteros a la base española; hostilidad de la población civil; atentados directos --especialmente cercano el cometido contra el equipo del CNI español--; o accidentes.

Tras la misión, el sargento regresó a Valencia junto a sus familiares, pero no podía olvidar todas sus vivencias, por lo que se dio cuenta de que no quería saber nada más del Ejército, explicó su abogado. De esta manera, comenzó un proceso para determinar si era apto o no como miembro del Ejército, para lo que desde su defensa se presentaron pruebas médicas y diversas alegaciones con el objetivo de demostrar que su estado de salud era consecuencia de sus vivencias en Irak.

Finalmente, el Ministerio de Defensa le autorizó la baja como miembro de las Fuerzas Armadas, por lo que el sargento valenciano recibirá una pensión vitalicia "mejorada", ya que quedó probado, puntualizó su abogado, que su baja se debía directamente a un acto de servicio en la guerra.