ROMA, 28 Abr. (EUROPAPRESS) -
El Papa ha afirmado ante los participantes de un Congreso Internacional sobre Medicina Regenerativa que "no todo lo que es técnicamente posible es éticamente aceptable" y ha enfatizado que la ciencia debe tener "límites" por el bien del hombre.
"La ciencia sabe que tiene límites que respetar por el bien de la humanidad y necesita sentido de responsabilidad ética", ha afirmado el Papa en la audiencia.
Ante los participantes del Congreso internacional sobre medicina regenerativa que se ha desarrollado en el Vaticano, el Pontífice ha reconocido que el conocimiento de la humanidad "progresa con la ciencia aumentando los medios y las tecnologías más sofisticadas que permiten no solo mirar la estructura más íntima de los organismos vivos, entre ellos el hombre, sino también intervenir en ellos".
Sin embargo, antes estos avances, que permiten incluso modificar el ADN de los seres humanos, ha defendido que "es fundamental" aumentar la conciencia "sobre la responsabilidad ética hacia la humanidad y el medioambiente".
"La Iglesia elogia todo esfuerzo de investigación y de aplicación para sanar a las personas que sufren pero recuerda que uno de los principios fundamentes es que 'no todo aquello que es técnicamente posible o factible es por sí éticamente aceptable'", ha concluido.
Para el Papa "ante el problema del sufrimiento humano es necesario saber crear sinergias entre personas e instituciones, superando los prejuicios, para cultivar la solicitud y el esfuerzo de todos en favor del enfermo".
ALFIE EVANS
Francisco ha hecho estas declaraciones pocas horas después de la muerte del bebé británico de 23 meses Alfie Evans, que sufría una enfermedad neuronal degenerativa y que fue desconectado de las máquinas que le mantenían con vida el pasado lunes en contra de la voluntad de sus padres.
Francisco había expresado públicamente su apoyo a la voluntad de los padres del bebé Alfie Evans de no desconectarlo de las máquinas que lo mantenían con vida.
El pasado 18 de abril recibió en audiencia privada en la Casa Santa Marta a Tom Evans, el padre de Alfie. Además, desde el principio puso a disposición el hospital Bambino Gesù para que Alfie pudiera ser trasladado a Roma y tratado en el Instituto pediátrico.
