Velas, chicles, gominolas, cremas, lápiz de labios o medicamentos, todos tienen en común la parafina, una cera extraída del petróleo, sólida a temperatura ambiente y utilizada para la elaboración de una gran variedad de productos. La mayoría de las refinerías no produce parafina, ya que la decisión de fabricarla requiere seleccionar ciertos crudos específicos y disponer de una determinada infraestructura fruto de una gran inversión económica. CEPSA, en su refinería de Gibraltar-San Roque, produce parafina desde 1973 y su nueva planta de moldeo se puso en marcha en 2013. Hoy en día su comercialización es una actividad destacada para Cepsa. La experiencia acumulada por Cepsa a lo largo de 40 años, ha servido para que la planta, que se adapta a los requerimientos del Registro de Sanidad Industrial, haya recibido la certificación de Seguridad Alimentaria ISO 22000 y FSSC22000, Kosher y Halal. Entre las aplicaciones de las parafinas, se encuentra la de la industria de los fertilizantes o en la industria alimentaria como cobertura de ciertos quesos para la protección de su superficie o en cítricos y otras frutas o en papel parafinado que se utiliza para envolver ciertos alimentos, mejorando así la retención de humedad.
