Imágenes de algunos activistas de asociaciones animalistas mientras que eran desalojados de la puerta de la casa de la auxiliar de enfermería contagiada por ébola, María Teresa Romero y su marido, Javier Limón, en Alcorcón donde se encuentra su perro, Excalibur, al que la Consejería de Sanidad de Madrid anunció era necesario sacrificar.