La prisión de mujeres de Barcelona Wad-Ras tiene capacidad para más de 160 mujeres en régimen cerrado, entre las que conviven mayoritariamente presas preventivas que esperan juicio con otras ya condenadas, algunas madres y sus hijos de hasta tres años: "Cuando llegué estaba temblando, pero no es como en las películas, no hay tantas peleas", cuenta Andrea, de 21 años, que entró a prisión hace cinco meses.