Fran Martínez, natural de Cuenca, criado en el barrio de la Fuente del Oro, con raíces en Cañizares y finalista de la novena edición de Masterchef, afronta su nueva vida tras el salto a la fama de las últimas semanas con la vista puesta en montar una casa de comidas en su ciudad natal, exhibiendo orgullo conquense y reivindicando el poder de los platos de puchero y cuchara y la cocina tradicional manchega. "Comiendo puchero, en los pueblos viven cien años. Tan malos, no serán", asegura.