Marta Quiles y Rocío Varela, ambas ingenieras de 25 años, trabajan en Hisdesat, una empresa española operadora de satélites para clientes gubernamentales civiles y militares. Las dos han explicado la importancia de tener referentes para animar a otras jóvenes a estudiar una ingeniería, porque la pasión por las matemáticas o la física no es en muchos casos suficiente para iniciar unos estudios en los que los hombres son mayoría.