MADRID, 26 Nov. (CHANCE) -
Corea, Japón y China han utilizado las esponjas Konjac desde hace más de 1.500 años. Fabricadas con los más puros y ricos extractos de la planta Konjac, son ricas en minerales, naturalmente alcalina y con un pH neutro que equilibra la piel y proporciona mucha luminosidad, por eso se ha convertido en un producto imprescindible para las beauty victims.
Limpian en profundidad y detoxifican la piel para lucir un cutis radiante y son tan delicadas que son aptas para las pieles sensibles y e incluso para la de los bebés. De hecho están libres de químicos, colorantes, aditivos e irritantes y son 100% biodegradable y sostenibles.
Hay diferentes tipos y cada una está destinada a un tipo de piel. La blanca, por ejemplo, está elaboradas con el Konjac puro y está indicada para todo tipo de pieles. A las pieles más deshidratadas y sensibles se les recomienda la esponja rosa, por el rosa de la arcilla; a las maduras y secas, la roja que toma el color de la arcilla roja francesa, la verde toma ese color de la arcilla verde francesa con la que se elabora y está indicada para pieles mixtas y grasas y la negra, a base de carbón de bambú, es perfecta para pieles jóvenes, con acné y manchas.
¿Por qué triunfa? Porque elimina los puntos negros, las células muertas y afina los poros, además elimina el maquillaje con base de acuosa sin necesidad de añadir un desmaquillante, se adecuada incluso para las pieles más delicadas o atópicas y se puede usar hasta dos veces al día. Eso sí, cuando termines con tu ritual beauty, los expertos recomiendan que la cuelgues para que se seque correctamente y puedas volver a usar.
