MADRID, 24 Abr. (EUROPA PRESS) -
El ingreso de José Ortega Cano en prisión es sin duda las dos caras de una misma moneda. El fatídico desenlace de aquel accidente de tráfico de ese mayo de 2011, en el que fallecía Carlos Parra, tras estrellarse el coche del torero contra el suyo, ha sido un duro calvario para ambas familias: la de Parra y la de Ortega Cano.
Por un lado, los de Ortega Cano que ven entrar al torero en la cárcel durante dos años y medio; Ana María Aldón, -su actual mujer con la que tiene un hijo de apenas un año-, los hermanos de Ortega y sus cuñados que no le han dejado ni a sol ni sombra, sus hijos José Fernando y Gloria Camila, en unas edades adolescentes bastante difíciles, en las que un padre y una madre son más que necesarios... a esto se le añade, lo conflictivo que ha sido José Fernando, el hijo mayor que adoptó con Rocío Jurado y que acabó en prisión preventiva tras un altercado con otro joven a las puertas de un sitio de esos con lucecitas y su adicción a las drogas (actualmente se encuentra en un centro de desintoxicación). Además, el torero, tiene problemas cardiacos por lo que su estancia en prisión se hace más que preocupante para todos ellos.
Y por otro, Manuela Gurruchaga -mujer del fallecido- y su hija a la cabeza de la familia de Carlos Parra, que clamaban justicia, y que con este ingreso en la cárcel, encontraban como decían la tranquilidad y el descanso para poder creer en la justicia...
