MADRID, 11 Oct. (CHANCE) -
Máxima de Holanda se encuentra de visita en Portugal, y está en boca de todos por su artillería pesada de esmeraldas, pero según la opinión pública la reina de Holanda es una de las pocas que se puede permitir enjoyarse así y demostrar que para ella menos nunca es más.
Hace poco se hablaba de su pamela favorita, un sombrero de paja natural en color camel que se había convertido en uno de sus complementos fetiche, contando con ese mismo modelo en varios colores y texturas para otras épocas del año.
Durante la visita de estado, los reyes de Holanda acudieron a una cena ofrecida por el presidente Marcelo Rebelo de Sousa en su honor, celebrada en el palacio de Ajuda, en Lisboa.
Para esta ocasión la reina apostó por su tiara de esmeraldas con un collar y unos pendientes a juego, y también un broche que colocó en su cinturón. Todo del color de la bandera de Portugal, que además es uno de los favoritos de Máxima. El vestido que escogió la reina holandesa era de encaje también verde esmeralda, del diseñador Jan Taminiau, el mismo que la vistió el día que se convirtió en Reina. La banda la llevaba colocada de manera estratégica para lucir el vestido todo lo que merecía.
Este verano veíamos a la reina Letizia en su visita a Inglaterra, con la banda colocada también de manera poco habitual para dejar ver su vestido sin que éste se estropeara. Máxima lo ha hecho de manera discreta sin que nadie se pronunciara sobre el tema. El foco de su viaje a Portugal estuvo en sus joyas y en sus vestidos, que como siempre, llamaron la atención.
