OVIEDO, 15 Abr. (EUROPA PRESS) -
Villamayor (Piloña) fue una de las primeras localidades asturianas que decidió animar el confinamiento de sus vecinos con música y este miércoles se cumple un mes desde que dos de sus vecinas comenzaron a poner diariamente canciones para hacer más llevadera la cuarentena.
Lucía Díaz y Bárbara Estrada decidieron el pasado 15 de marzo que junto al aplauso a los profesionales sanitarios y del resto de servicios esenciales que resuena en toda España a las 20,00 horas, podrían animar a sus convecinos con algo de música. Gracias a dos grandes altavoces, colocados en sus viviendas, cada una en un extremo del pueblo, han conseguido que la música suene a la vez para la mayoría de los vecinos.
"La idea surgió porque Villamayor es una localidad pequeña, de población envejecida y el confinamiento ha hecho que bastantes personas mayores se vean ahora más solas que nunca. Aún contando con el seguimiento y apoyo de los servicios sociales municipales para atender sus necesidades básicas, agradecen un momento de distracción y alegría desde sus ventanas", han subrayado las dos jóvenes, que forman parte de la Comisión de Fiestas de Villamayor (Cofivi) y que tienen la intención de continuar con las canciones mientras dure el Estado de Alarma.
En este mes se han escuchado piezas tradicionales asturianas y otras renovadas, como el 'Ritmo de Verdicio', de Rodrigo Cuevas; clásicos ya de estos días de confinamiento como 'Resistiré', del Dúo Dinámico, el 'Himno de la alegría' y algunas reclamadas por el público más joven, como 'Tusa', de Karol G.
"Cada día acordamos la canción o canciones que ponemos por la tarde y, en la medida de lo posible, vamos atendiendo las preferencias de los vecinos", han explicado ambas en alusión a que el interés que ha despertado la iniciativa ha hecho que varios vecinos les envíen sus peticiones.
"Intentamos dar cabida a todas las sugerencias y gustos y también a dedicatorias específicas, como algún cumpleaños y otras para los trabajadores sanitarios del pueblo", han concluido.
