El consejero de Educación aboga por impulsar la formación de los jóvenes en el ámbito científico
SANTANDER, 12 May. (EUROPA PRESS) -
Un total de 118 alumnos de Secundaria han participado este fin de semana en Santander en la XXXII Olimpiada Nacional de Química, en la que se han proclamado ganadores un alumno valenciano, otro madrileño y uno de Zaragoza.
Se trata de Joaquín Baixeras, del centro English School Los Olivos de Valencia; Pablo Soto, del instituto San Mateo de Tres Cantos (Madrid), y Daniel Ulibarri, del IES Pedro de la Luna de Zaragoza, ha informado en un comunicado el Gobierno de Cantabria.
Por su parte, Sergio Sanjurjo, del colegio Corazón de María de Gijón; Zhuo Ying Jiang Li, del IES Son Pacs de Palma de Mallorca, y Oskar Filip Wojdel, del Institut Jaume Vicens Vives de Barcelona han sido los ganadores de las Medallas de Plata.
Las condecoraciones de bronce han recaído en Gregorio de la Fuente, del Colegio de La Enseñanza de Valladolid; Cristian Angosto, del centro Santa Joaquina de Vedruna de Cartagena (Murcia); Miguel María Jiménez , del Retamar de Pozuelo deLas Alarcón (Madrid), y Marc Torrecillas, del Institut Jaume Vicens Vives de Palafrugell de (Gerona).
En esta XXXII Olimpiada Nacional de Química, celebrada este fin de semana en la Universidad de Cantabria, han estado representadas la práctica totalidad de las comunidades autónomas.
FOMENTAR LA FORMACIÓN CIENTÍFICA
La entrega de premios ha estado presidida por el consejero de Educación del Gobierno de Cantabria, Francisco Fernández Mañanes, quien ha aprovechado la ocasión para reivindicar el papel de los científicos para hacer frente y dar soluciones efectivas a los grandes problemas de la Humanidad, como el cambio climático y la despoblación.
Por ello, ha abogado por impulsar la formación de los jóvenes en este ámbito ya que, a su juicio, la ciencia es "el mayor resorte para afrontar estos desafíos y el asidero para sentirnos seguros en este camino".
En este sentido, ha reivindicado la importancia de los programas educativos regionales para la mejora de la alfabetización científica, de estimulación del talento matemático y el que busca eliminar la brecha de género en el mundo científico.
Todos ellos tratan, según ha dicho, de poner en el centro de la actividad educativa el interés por la ciencia, que, según ha dicho, constituye ya una "necesidad" para la formación de unos jóvenes que tendrán en el futuro, en más del 60% de los casos, empleos que no existen en estos momentos.
En esta acto de entrega de premios también han estado presentes la directora general de Universidad del Gobierno autonómico, Marta Domingo; el vicerrector de Doctorado y Relaciones Institucionales de la Universidad de Cantabria, Alberto Ruiz, o el director de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales y de Telecomunicación, Francisco Javier Azcondo.
También ha asistido la presidenta de la Conferencia Española de Decanos de Química, Pilar Bermejo; la vocal asesora de la Dirección General de Planificación y Gestión Educativa del Ministerio, Leticia Frutos; y la responsable del Comité organizador de las olimpiadas Clara Casado.
FASE NACIONAL DE LA OLIMPIADA
La XXXII Olimpiada Nacional de Química se ha desarrollado desde el pasado viernes hasta este domingo en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales y Telecomunicación de la Universidad de Cantabria.
Esta competición es un programa del Ministerio de Educación y Formación Profesional, en colaboración con la Real Sociedad Española de Química, la Asociación Nacional de Químicos e Ingenieros Químicos de España y la Conferencia Española de Decanos de Química, iniciado
en 1995, que se propone estimular la creatividad y el interés por esta asignatura entre los estudiantes del último año de Secundaria.
El certamen en la comunidad autónoma está organizado por la Asociación de Química e Ingeniería Química de Cantabria (AQUIQÁN). Esta asociación, cuyo principal objetivo es proporcionar apoyo y coordinación en las actividades científicas y profesionales de los Químicos, Ingenieros Químicos y formaciones afines, tiene una fuerte vinculación con la Universidad de Cantabria, en cuyo Departamento de Ingeniería y Química Biomolecular tiene su sede social.
