Profesores y alumnos del Almacén de las Artes ofrecerán un ciclo de conciertos de fin de curso

El Ayuntamiento de Astillero ha programado un ciclo de conciertos con alumnos y profesores de la Escuela de Música Moderna de El Almacén de las Artes con motivo de la finalización del curso académico. Serán tres miércoles seguidos, a partir de esta misma semana, en el hall de entrada del centro cultural.

El primero de ellos, este miércoles a las ocho de la tarde en el propio centro, lo protagonizarán el profesor de piano de El Almacén de las Artes, Eder Paiva, y el bajista Álvaro Yanil, que interpretarán un repertorio de jazz latino.

El segundo de los conciertos será el día 23, a las siete y media de la tarde, en la Plaza del Mercado, a cargo de profesores y alumnos de la Escuela de Música que, tras diez meses de clases, mostrarán parte de lo aprendido en el último año.

Por último, el día 30 de junio les tocará el turno a los alumnos del Método Yamaha. Será en el hall de entrada de El Almacén de las Artes, a las 18.00 horas.

El Método Yamaha se destina a niños de 4 a 6 años y es un acercamiento de los niños al mundo de la música. En Cantabria el Ayuntamiento de Astillero es pionero en este sistema de enseñanza, ya que sólo se imparte en El Almacén de las Artes.

La iniciativa consiste en educar a los alumnos el oído, algo que los expertos consideran esencial a la hora de facilitar el aprendizaje de cualquier instrumento. Para ello, se utilizan técnicas basadas en el juego o la repetición del sonido que escuchan en el teclado que se les pone a su disposición en el aula.

Con este ciclo de conciertos, el Ayuntamiento de Astillero pretende que los jóvenes alumnos adquieran una experiencia que les ayude a "hacer tablas" sobre un escenario y perder el miedo que puedan tener a tocar delante de un público.

Lo que se pretende es que los alumnos prueben, experimenten, descubran la música y las diferentes creaciones artísticas en un centro que es a la vez una escuela de artistas y un espacio para la formación de oyentes y espectadores que, practiquen o no las enseñanzas recibidas, van a ver, escuchar y sentir la cultura como algo propio.