UC.- Un profesor de Filosofía defiende el derecho "a elegir la forma en que una enfermedad terminal es tratada"

Actualizado: martes, 5 septiembre 2006 18:28

Ángel Pelayo señala que "se puede hablar de un derecho a una muerte digna" pero los problemas vienen cuando se pantea "cómo se organiza"

LAREDO, 5 Sep. (EUROPA PRESS) -

Ángel Pelayo González-Torre, profesor de Filosofía del Derecho de la Universidad de Cantabria, opinó hoy que a lo que una persona tiene derecho es "a elegir la forma en que una enfermedad terminal es tratada".

Según comentó en el seminario sobre derechos humanos que se celebra esta semana en los cursos de Verano de la Universidad de Cantabria, "se puede hablar de un derecho a una muerte digna. Lo que sucede es que luego vienen todos los problemas cuando se plantea cómo se organiza médica y clínicamente esa muerte digna", apuntó.

El caso de mayor trascendencia en España dentro de esta temática ha sido el del tetrapléjico Ramón Sampedro. "Es el típico caso en el que la libertad individual nos dice mucho sobre lo que quiere una persona. Lo que ocurre es que ahí era necesaria una actuación positiva por parte de una tercera persona que causara la muerte, que es lo problemático para el Derecho. Pero todavía lo es aún más para la medicina, porque los médicos dicen que ellos no están para aplicar un tratamiento a una persona que le cause directamente la muerte", dijo.

Dentro de los Cursos de Verano organizados por la Universidad de Cantabria, el profesor Pelayo participó en el seminario sobre derechos humanos que se celebra esta semana y allí dijo que "una cosa es que no se prolongue artificialmente la vida, o no se utilicen métodos que producen sufrimiento en el paciente, y otra es provocar directamente la muerte de alguien. Eso es algo a lo que la medicina, basada en su tradición, se resiste".

Otro de los problemas que surgen cuando se aborda el derecho de los pacientes a conocer el tratamiento que se les está suministrando surge cuando se choca con creencias culturales y religiosas. En este sentido, grupos religiosos como los Testigos de Jehová se resisten a que integrantes de sus comunidades por ejemplo, se les practique transfusiones sanguíneas.

"El mundo de la medicina está caracterizado históricamente por el paternalismo, pero actualmente surge la idea de la libertad individual y la autonomía del paciente para tomar sus propias decisiones. Hay situaciones en que esta autonomía se manifiesta de forma extrema, como en aquellos supuestos en que algunas personas, en base a sus convicciones religiosas, deciden no someterse a un tratamiento médico que es fundamental para su supervivencia, como es el caso de los Testigos de Jehová con las transfusiones", explicó.

Pese a ello, "hoy en día ya se tiene bastante claro que si es un adulto responsable el que adopta esa decisión de forma conciente y libre, debe prevalecer su voluntad por encima de la tendencia natural de la medicina, que es a salvar una vida humana. Se considera que lo verdaderamente valioso es la capacidad de una persona para elegir su propio plan de vida, independientemente del contenido de esta elección", concluyó.