UIMP.- Un coronel dice que la intervención en Irak fue "nefasta" y que se ha convertido "en la gran excusa" de Al Qaeda

Actualizado: martes, 31 julio 2007 17:21

Afirma que "no se puede hacer una guerra contra el terrorismo" porque éste no tiene "reglas" y supone "darle una baza"

SANTANDER, 31 Jul. (EUROPA PRESS) -

El coronel del Ejército de Tierra y jefe del Departamento de Estrategia de la Escuela Superior de las Fuerzas Armadas, Miguel Ángel Ballesteros Martín, aseguró hoy que "la intervención en Irak fue nefasta" por "las consecuencias" y porque "ha sido la gran excusa" para Al-Qaeda, con lo que "el efecto ha sido contrario al que se pretendía", al servir como "una causa para reclutar" a radicales.

Según explicó durante su intervención en el seminario 'Terrorismo y seguridad: amenazas y respuestas' de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander, "no hay que confundir la victoria militar con la victoria del país", algo que hicieron "los americanos", incurriendo en un "gran error", puesto que no tenían preparada "ni mínimamente la estabilización".

"La victoria militar en ocasiones dista mucho de alcanzar la situación final deseada y éste fue el caso de Irak", de donde la administración Bush desea salir "aunque no de cualquier manera", porque una retirada a destiempo podría ser "utilizada" por Al-Qaeda "como una victoria".

El jefe del Departamento de Estrategia de la Escuela Superior de las Fuerzas Armadas, que durante su intervención hizo referencia también al terrorismo de ETA, aseveró que es necesario transmitir a la sociedad que "el terrorista es un delincuente" y "no un soldado o un combatiente".

Por eso consideró desafortunada la afirmación de "hacer la guerra al terrorismo", primero porque supone "dar una baza" a los terroristas, ya que "la guerra tiene unas normas, unas leyes (...) en las guerras no se puede atacar a la población civil", ni "secuestrar y pedir un rescate".

Las guerras, subrayó, están "reguladas por la comunidad internacional" y en ellas un soldado "no podría hacer lo que hace un terrorista por muchas órdenes que recibiese".

"Hay que transmitir a la sociedad que el terrorista es un delincuente, si la humanidad estuviera unida y hubiéramos llegado a un consenso sobre lo que es el terrorismo estaría establecido como un crimen de lesa humanidad, lo que se traduce en que no puede haber perdón, que es perseguible en cualquier parte del mundo y que ese delito no prescribe nunca", añadió.

APOYO SOCIAL

En este sentido, el coronel explicó que, como toda organización, el terrorismo se basa en el elemento pasional -que lleva aparejado el apoyo del pueblo-, el poder económico y el liderazgo e indicó que su estrategia se sustenta en el ataque al pilar de la población, a "los no combatientes", pero lo hace "de manera que su grupo de apoyo lo considere algo bueno".

Así, manifestó que "no hay terrorismo si no hay apoyo social", si se consigue destrozar su sustento económico, su capital humano y anular a sus líderes. Pero "a la vez que se atacan sus pilares hay que reforzar los nuestros", dijo el coronel, indicando "en primer lugar" la necesidad de "arropar a las víctimas".

"Cuando ha habido víctimas, las del 11-M o las de ETA, hay que arroparlas" porque, de lo contrario, se puede transmitir la sensación de que "son de otro mundo" o que "algo habrán hecho".

Además, apuntó que "la cohesión política es fundamental", al igual que "la cohesión internacional" y "el liderazgo claro". "A los terroristas les viene bien la sociedad adormecida" porque "está más cerca de la captación por el terror" que "la sociedad combatiente".

Por ello, dijo, el objetivo del Estado es lograr "que no haya nadie adormecido, motivar a todo el mundo". "Los conflictos de terrorismo exigen concienciar a la sociedad y explicarle que lo que está en juego es su sistema de libertad de pensamiento", añadió.

'ERRORES EN IRAK'

Por lo que respecta a los que, desde su punto de vista, son "errores" de la intervención en Irak, donde con anterioridad a la guerra "no había un caldo de cultivo especialmente propicio para el radicalismo", que introdujo "Al Qaeda", el coronel Ballesteros apuntó como uno de los "más graves" el de "desmontar todo el aparato del Estado iraquí y especialmente del Ejército y la policía", adoptada por Paul Bremen.

Posteriormente, el jefe de la Autoridad Provisional de la Coalición (CPA) decidió la creación del nuevo ejército iraquí, pero con unas "condiciones draconianas" que hicieron que un año después sólo contara con 2.000 hombres.

A estos "errores", según el coronel, se unieron "fallos de inteligencia", reconocidos en el Informe Baker-Hamilton, que señala que "las autoridades militares y los servicios de inteligencia minimizaron sistemáticamente la violencia en Irak" y "no evaluaron correctamente la amenaza".

Todo ello, unido a las pérdidas de vidas, el "boicot al desarrollo económico" de Irak por parte de Al Qaeda, los atentados, la inseguridad y la imagen de la posguerra en los medios de comunicación, una "batalla" que "ha perdido" Estados Unidos, según Ballesteros, hace que se esté transmitiendo la idea de que es mejor para los americanos marcharse del país, algo que está calando "en parte", como demuestra la pérdida de popularidad de Bush, según el coronel.

Para el coronel, "después de la Guerra Fría hay que ser mucho más cuidadosos con el empleo de la fuerza" y replantearse en Occidente el sentimiento del "deber de ayudar a todo el mundo". "Los occidentales nos empeñamos en que todos los países del mundo tienen que seguir nuestro modelo porque es el ideal", algo que "hay que replantearse" porque la Democracia exige "un desarrollo cultural" y "no se puede imponer".