MADRID, 19 Dic. (CHANCE) -
Un sábado más te traemos un nuevo artículo de Nano López, el coach para organizaciones y adolescentes, que nos habla esta semana de la utilidad que podemos darle a la Navidad como la época ideal para transmitir valores.
Lotería, cenas de empresa, reuniones familiares, regalos... La Navidad ya está aquí, una festividad que celebramos todos los años pero de la que hemos olvidado su sentido real.
En estos días comenzamos la que se supone que es la época del año en la co-nectamos con nosotros mismos, con nuestras necesidades y deseos con el fin de convertirlos en propósitos para el año venidero.
Según su significado religioso, la Navidad es una época en la que se supone de-bemos dejar atrás los problemas y compartir amor y felicidad. Sin embargo, con el paso del tiempo ese carácter se está perdiendo.
No voy a entrar a evaluar si está bien o está mal, ya que cada persona es libre de elegir sus creencias pero, respecto al tema que nos ocupa ¿Realmente nos paramos a pensar en el significado que nuestros hijos dan a estos días festivos?
Es probable que, como hemos señalado antes, la tradición se esté perdiendo y, con ello, ese momento de encuentro con nosotros mismos y nuestros valores. Probablemente éstos sean el mejor legado que podemos dar a nuestros hijos: el poder dar significado a lo que consideramos nuestra guía, aquellos valores en los que se sustenta el ser humano.
Si preguntamos a cualquier chaval por el sentido que tiene la Navidad lo más seguro es que no sepa ni qué contestar. De hecho, muchos creen que, simplemente por las fechas en las que nos encontramos, deben recibir regalos, sin ni si quiera saber por qué lo hacemos, o por qué nos reunimos con familia y amigos.
COMPARTIR NUESTRO TIEMPO Y VALORES
La idea es que debemos aprovechar estas fiestas en las que nos reunimos a compartir buenos momentos para transmitir valores a nuestros hijos. Sentémonos con ellos y tengamos conversaciones en las que compartamos nuestros pensamientos y esos valores que, sin darnos cuenta, estamos olvidando.
Además, no debemos confundir el concepto generosidad. Muchas veces pensamos que ser generoso es dar y dar para que los demás aprecien nuestra propia generosidad y, sin embargo, olvidamos que ser generoso no es solamente dar, sino también dejar espacio para recibir.
Un ejemplo muy claro de esto es cuando invitamos a alguien a casa durante estos días a comer o a cenar y nos propone traer algo; rápidamente le decimos, creyendo que somos generosos, que no hace falta que traiga nada. Sin embargo, si nos ponemos en el lado contrario, vemos que nuestra postura sería la de empeñarnos en llevar algo.
Por lo tanto, ¿en cuál de las dos ocasiones estamos siendo generosos? Posiblemente en ninguna, ya que si nos paramos a pensar en lo que sentimos cuando nos dicen que no, conectaríamos en cómo se pueden sentir esos amigos que quieren ser generosos con nosotros y no los dejamos.
Otro valor sobre el que tenemos que reflexionar y transmitir es la responsabilidad. Sin darnos cuenta asumimos, por el mero hecho de ser padres, que debemos asumir toda responsabilidad en el desarrollo de nuestros hijos. Sin embargo este concepto muchas veces lo tenemos olvidado.
Un ejemplo de ello puede ser aquellas ocasiones en las que nuestros hijos traen malas notas y pensamos "¿Pero cómo voy a dejar a mi hijo sin regalo estas Navidades?".
Si realmente nos paramos a pensar en ello, con esta acción no nos damos cuenta de que lo que realmente debe aprender nuestro hijo es que cualquier acción tiene consecuencias y si no es responsable de los resultados esto afectará en su futuro.
