Salzburgo en bicicleta: una forma de descubrir la gran ciudad barroca en verano

Actualizado: miércoles, 17 junio 2009 20:25

Por Javier Carrión.

Muy cerca de las montañas de los legendarios Alpes, en el medio de un valle, surge Salzburgo entre la música de Wolfgang Amadeus Mozart, el más célebre y tributado de sus pasados vecinos, y un grandioso "escenario barroco" que conforman sus calles y sus majestuosos edificios históricos. El hierro forjado de los comercios de su calle mayor y la atractiva oferta de sus numerosos cafés, tabernas y restaurantes completan la armonía de esta gran "Roma de los Alpes", una ciudad que recibe siete millones de turistas cada año en la que todo parece coherente, viejo y atractivo, y donde no hay una sola nota distorsionada. Un destino centroeuropeo para descubrir en todos los sentidos que además ahora se puede recorrer en bicicleta.

Salzburgo se encuentra a 425 metros sobre el nivel del mar, muy cerca de la frontera con Alemania, y a orillas del Salzach, el río que transportaba la sal, el "oro blanco" de la Edad Media, época de la que sigue en pie su fortaleza Hohensalzburg, la más grande y la mejor conservada de toda Europa. Bajo este imponente edificio, al que se accede subiendo unas duras rampas o a través de un funicular, se abre su coqueta ciudad vieja, obra maestra del barroco con sus bellas iglesias, plazas, patios y fuentes, donde la huella de Mozart aparece en cada rincón ya sea en forma de placas, casas, museos, tiendas, chocolates o licores. Todo el casco histórico fue construido durante el reinado de los príncipes arzobispos a finales del siglo XVI y principios del XVII con un estilo arquitectónico basado en el Renacimiento italiano y en su horizonte se pierden innumerables torres medievales con forma de aguja, cúpulas, campanarios y torreones de la mayoría de las 42 iglesias católicas y 3 protestantes que se levantan en este gran centro cultural y universitario.

Salzburgo es una ciudad de casi 150.000 habitantes que hay que pasear tranquilamente. Sus miradores cautivan y sorprenden al turista desde todos los ángulos posibles a medida que se van recorriendo. El más conocido es el del castillo-fortaleza, con una panorámica de 360 grados que alcanza incluso tierras germanas, pero tampoco defraudan, todo lo contrario, la vista desde el Monte de los Capuchinos, al otro lado del río muy próxima al monasterio del mismo nombre y a la iglesia de San Juan que frecuentaba el Mozart más niño, o la del Monte Mönchsberg, junto a la terraza del Museo de Arte Moderno y el "Sky Space" donde el visitante puede disfrutar de un almuerzo o u un café con la vieja ciudad a sus pies como si se tratara de "la visión de un emperador".

Un paseo en barco por el Salzach hasta las proximidades del Palacio de Hellbrunn y sus juegos de agua -con "baile final incluido" de la embarcación- y una ascensión al carillón de la Nueva Residencia pueden dejar satisfecho al más exigente de los turistas aficionados a las vistas panorámicas. Pero si el visitante prefiere otra alternativa diferente a la de los paseos a pie o la navegación en barco la mayoría de estas pequeñas excursiones se pueden realizar en bicicleta. La ciudad de Mozart y de la célebre película "Sonrisas y lágrimas" ofrece una amplia red de 160 kilómetros de caminos y pistas reservados para este medio, con 13 rutas señalizadas y 5.500 aparcamientos en la ciudad y sus alrededores con puntos para que los cicloturistas dispongan gratis del material necesario si tienen que arreglar la bici en caso de avería.

En cualquiera de las opciones, vale la pena acercarse a Salzburgo para conocer sus novedades turísticas. Sus visitas clásicas -el castillo, la catedral, el cementerio de San Pedro, los jardines de Mirabell, el palacio de los Festivales- siguen constituyendo el principal reclamo de los enamorados de esta ciudad, pero la reciente inauguración Museo de Salzburgo, situado entre las plazas de la Residencia y de Mozart, permite adentrarse en el mundo de los personajes asociados a Salzburgo así como en su rica e interesante historia, centrada en los príncipes arzobispos. Sin embargo, desde el 1 de junio de 2007, fecha de la apertura del museo, la atracción más visitada ha sido, sin duda, su "pintura panorámica".

Un singular cuadro de 26 metros de circunferencia y cinco de altura que muestra la ciudad de Salzburgo y sus alrededores, contemplada desde la fortaleza, tal y como era entre 1825 y 1829. La pintura original, realizada por Johann Michael Sattler, se exhibió en el siglo XIX en los jardines de Mirabell y esta obra, junto con otras que también llevan la firma de su hijo Hubert, se muestran en este "Panorama Museum". Hay otros cuadros de esta familia Sattler de "trotamundos" que también llaman la atención como las panorámicas de Nueva York, Mónaco o Moscú o de las españolas Toledo, Cádiz, Sevilla y Málaga.

Antes de abandonar el museo, una recomendación. Hay que subir al carillón original con sus 35 campanas estrenado en 1703. Tras ascender por un puñado de estrechas escaleras la vista aérea de la plaza de la Residencia, con su imponente fuente y las carrozas que pululan a su alrededor cargadas de turistas, emociona junto a la panorámica de la fortaleza y de la ciudad. Al abandonar el museo nos toparemos con la vieja estatua de Mozart, en la plaza que lleva su nombre, y con su misterioso lápiz en la mano.

El genial músico tiene ahora otra polémica estatua en Salzburgo. Se trata de una obra firmada por el pintor y escultor alemán Markus Lüpertz que ha producido un gran rechazo entre los salzburgueses porque la figura, de 2,95 metros de altura, muestra a un Mozart con formas femeninas. Hasta el punto que en más de una ocasión la moderna creación ha sido objeto de algunas bromas. Quien quiera dar su opinión tiene que acercarse a la Ursulinenplazt a los pies de la montaña Mönchsberg. No dejará indiferente a nadie.

No deje de ver

El mundo de Mozart: A través de los famosos festivales de música, de los monumentos en su honor, de los museos o de la visita de su casa natal en el número 9 de la Getreidegassese puede apreciar la huella de Mozart en la ciudadLa fortaleza Hohensalzburg: En el año 1077 el arzobispo Gebhard ordenó el inicio de la construcción de esta fortaleza, símbolo de la ciudad, que es posiblemente la mejor conservada de este tipo de edificaciones de la Edad Media. A ella se llega en funicular, que se puede tomar junto al cementerio de San Pedro.

La Catedral: Fue proyectada originalmente por el abad y obispo Virgilio, pero los incendios no dejaron de acosarla, y finalmente, después del fuego de diciembre de 1598 comenzó el camino para la construcción de la nueva catedral, bajo el mandato del arzobispo Markus Sittikus, por el arquitecto de su corte Santino Solari, de origen italiano. El arzobispo ideó esta catedral como un "gran teatro musical" y todavía hoy es muy recomendable asistir a los conciertos que se organizan en el interior del templo.

El Convento Nonnberg: En el barrio de Kaiviertel. Es el más antiguo convento de monjas situado al norte de los Alpes pues fue fundado en torno al año 700. En él se rodaron algunas escenas de la famosa película "Sonrisas y lágrimas". Hoy viven dentro de sus muros 44 novicias.

Mirabell: El Palacio Mirabell, cuyo nombre original era 'Altenau', fue construido en 1606 por el arzobispo príncipe Wolf Dietrich. Sus jardines barrocos son una auténtica maravilla.

Palacio de Hellbrunn: En las afueras de Salzburgo. Divertido gracias a sus sorprendentes juegos de agua.

Guía práctica

Cómo llegar: El aeropuerto internacional más cercano es el de Munich.

Donde dormir: Hotel Alstadt. Judengasse 15. Tel: 662 84 85 71-6. Muy céntrico.

Donde comer: Goldener Hirsch. Getreidegasse, 37. Tel: 662 80 84 861.

Mozart Dinner Concert. Stiftskeller St. Peter. Junto a la Iglesia de San Pedro. Tel: 662 82 86 95-0Alquiler de bicicletas: Plaza de Mozart, Puente Staatsbrücke y Estación Central.

Cruceros por el río Salzach: Salen desde el puente Makartsteg. www.salzburgschifffahrt.at.

Más información: www.salzburg.info