Galerías Velvet: Las peleas, la vuelta al Ginger de la época, secretos y confesiones dan paso a la boda

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VELVET
Actualizado: jueves, 4 diciembre 2014 13:16

MADRID, 26 May. (CHANCE) -

Esta noche llega a su fin, la primera temporada de Galerías Velvet. Todavía tendremos que esperar un tiempo, para ver los nuevos capítulo y que sucede en esta historia de amor a tres bandas en las que se ven envueltos Ana, Alberto y Cristina.

Un amor desde la infancia, sacrificado por segunda vez, para mantener abierto el negocio familiar y que todos los empleados conserven su puesto de trabajo, a cambio de casarse con Cristina, la rica heredera donde papá ha invertido una notable cantidad de dinero para que Galerías Velvet no eche el cierre, y para que su hija se acabe casando con su amor de toda la vida, sin que ella lo sepa.

Al término de esta temporada, finalmente parece que la boda entre Alberto -Miguel Ángel Silvestre- y Cristina -Manuela Velasco- es todo un hecho. El capítulo pasado, fue la noche más larga que vivió Velvet. Peleas, vuelta al 'Ginger' de la época, desaparición del vestido de novia, secretos y confesiones en una noche de lo más loca y de lo más larga...

La pérdida del vestido de novia, algo que nadie podría imaginar hizo que todos los empleados de las galerías, cogieran aguja e hilo y se pusieran a confeccionar en una noche el vestido de la novia y así lo tomaron: "Los retos son los que nos hacen recordar quienes somos", hasta el mismísimo Don Emilio se puso a coser; y es que la mujer de José Sacristán, en la realidad tiene una Singer de toda la vida. Para ello se inició en ello y le tuvieron que dar unas clases durante la grabación para que la escena saliera perfecta. Misión cumplida, y el vestido quedó todavía más espectacular que el original. Un vestido que recuerda más que nunca al que lució Kate Middleton en su boda con el Príncipe Guillermo.

Alberto ha tenido su particular despedida de soltero en vísperas de su tan obligada boda, y cuando cerró 'El Pausa', ya no había sitio donde ir, bueno o sí. Allí estaba el sin par, Mateo para tener la solución perfecta. Así que, Miguel Ángel Silvestre acabó en el 'Ginger' que tanto visitaba en Sin tetas no hay paraíso, pero de la época...

Allí la liaron bastante, cuando Alberto y Mateo, se llevaron a dos 'amigos inesperados' que se hicieron en 'El Pausa' y que justo uno de ellos era aquel que se enamoró de Ana y le costó un comentario bastante inoportuno sin saberlo. Casualidades de la vida, Antonio se confesó con aquellos desconocidos que la chica que le dio calabazas estaba enamorada de un chico rico: "El típico tío con dinero que la va a dejar a la primera de cambio tirada". La cara de Alberto, era todo un poema y aquello acabó en pelea. Menos mal que estaba allí el que se convertirá en su cuñado, -un grano que le ha salido al pobre Alberto- manteniendo contacto con otra señorita que no era la suya recién parida, para que el altercado no llegara a más y acabara trascendiendo.

NOCHE DE SECRETOS Y CONFESIONES

Los secretos y las confesiones fueron los protagonistas de esa noche, donde Doña Blanca acaba confesándole a Don Emilio, que cuando ella desapareció y se fue a Barcelona, fue realmente para dar en adopción al hijo fallecido. Cuando todos pensábamos que el hijo que tuvo sería del propio padre de Alberto, la mujer más seria de toda la trama, revela que era del hermano del dueño de Velvet, Esteban Márquez, un hombre sin escrúpulos al que el creador de las Galerías puso de patitas en la calle y que por suerte acabó creyendo a Doña Blanca.

El Don Juan de Mateo, al final ha caído en las redes de Clara "sin experiencia", y sus gestos son más que reveladores. Le dice que no a una voluptuosa mujer en la casa de citas y confiesa su amor al propio Alberto: "Pienso en Clara". Clara ha conseguido hacer cambiar al indomable y mujeriego Mateo.

Otra de las confesiones de la noche la protagonizó Luisa, que abortó por no saber si el hijo que esperaba era de su marido o del fallecido y mediocre Don Francisco. Solo el hecho de pensarlo hacía que Luisa, no pudiera seguir adelante con el embarazo.

Pero todo estaba por llegar. Rita, revela a Ana, -cuando suben la azotea que ha sido ella la que ha hecho que el vestido se perdiera por el camino y no Maximiliano, mandando el paquete a un remitente que se inventó y así, ganar tiempo y que no se celebrara la boda al no haber vestido... Todo por una amiga. Pero ya estaban ahí todos, aguja en mano para crear un nuevo modelo a cargo de Raúl de la Riva, donde a falta de encaje, Doña Blanca pondría el velo de novia que heredó.

CUANDO EL DESTINO ES MÁS DURO QUE LA REALIDAD

¿Cuántas veces habrá ocurrido en la vida eso de que el destino no quiere que dos personas se encuentren por mucho que ellos lo hayan forzado? ¿Crees que alguna vez te ha pasado? Eso es lo que les pasó a Ana y Alberto. Movidos por su intuición ambos, van por separado a su lugar de encuentros, la azotea. Pero justo cuando ella baja por las escaleras, después de pedir su deseo en una noche de lluvia de estrellas, Alberto sube por el ascensor. Ana llega abajo y se encuentra el botón que reconoce de la chaqueta de Alberto. De nuevo sube corriendo pero él justo baja. Y no se encuentran. Él se da cuenta de que finalmente se le ha caído ese botón que con la excusa, pretendía que Ana se lo cosiera y... todo queda ahí...

¿Cuántas veces has pensado que te ha podido pasar lo que les pasó a los protagonistas de esta historia?

Maximiliano pierde el vestido. La pone más nerviosa de lo que la gustaria.
No pienso mover pieza lo hará usted