MADRID, 9 Dic. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad de Exeter han encontrado señales de alerta temprana de una reorganización de la circulación del Océano Atlántico que podría tener un profundo impacto en el clima global.
La investigación, publicada en la revista Nature Communications, utiliza una simulación de un modelo de alta complejidad para el análisis de la Circulación de Retorno del Atlántico Meridional (AMOC), un componente importante del sistema climático de la Tierra.
El modelo ha revelado que las señales de alerta temprana están presentes hasta 250 años antes de que se produzca un colapso en el régimen de circulación, lo que sugiere que los científicos podrían supervisar el riesgo de un vuelco en el sistema de circulación oceánica a nivel mundial usando las mismas señales.
El AMOC es como una cinta transportadora en el océano, impulsado por la salinidad y la temperatura del agua. El sistema transporta calor desde los trópicos y el hemisferio sur hacia el Atlántico Norte, donde se transfiere a la atmósfera.
Los experimentos sugieren que si el AMOC es 'apagado' por aportaciones de agua dulce adicionales, la temperatura del aire en superficie del Atlántico Norte bajaría entre 1 y 3 grados Celsius, con un margen de enfriamiento de hasta 8 grados en las zonas más afectados.
El colapso agravaría de paso la sequía en el Sahel - la zona al sur del desierto del Sahara - y cambios dinámicos en el nivel del mar de hasta 80 centímetros a lo largo de las costas de Europa y América del Norte.
"Encontramos en el modelo que las fluctuaciones naturales en la circulación llevaban décadas produciéndose antes de que se produjera el colapso, un fenómeno conocido como ralentización crítica", dijo el autor principal, Chris Boulton, de la Universidad de Exeter..
"No sabemos lo cerca que estamos de un colapso de la circulación, pero una alerta temprana en el mundo real podría ayudarnos a prevenir, o por lo menos a prepararnos, para las consecuencias", añade el coautor del profesor Tim Lenton.
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