Los estándares y pruebas ISO internacionales sobre nicotina y alquitrán en el tabaco necesitan ser actualizados

Actualizado: miércoles, 8 febrero 2006 13:02


MADRID, 8 Feb. (EUROPA PRESS) -

Los estándares y pruebas ISO internacionales sobre la nicotina y el alquitrán del tabaco necesitan ser actualizados, según un artículo de investigadores de la Universidad de Waterloo en Ontario (Canadá) que se publica en la edición digital de la revista 'The Lancet'. Los autores revisaron documentos internos de la compañía 'British American Tobacco' (BAT) y descubrieron que esta firma produjo cigarrillos con cantidades de nicotina y alquitrán por debajo de los niveles permitidos por las autoridades reguladoras pero a través de los que los fumadores recibían mayores cantidades de ambas sustancias.

Según los autores de la información, las empresas 'Imperial Tobacco Limited' (ITL) y BAT realizaron un estudio sobre la conducta tabáquica de los fumadores. La investigación de la BAT revela que los consumidores de tabaco fuman para conseguir un cierto nivel de nicotina y que compensarán los cigarrillos que tienen una baja cantidad fumando de forma más intensa. La investigación de la BAT también sugiere que los fumadores realizan caladas de un volumen de casi el doble de intensidad que las de la máquina de tabaco de la Organización Internacional de Estándares (ISO).

Los documentos internos describen la estrategia de la BAT para maximizar la discrepancia entre los bajos niveles de la máquina de pruebas, que a menudo aparecen impresos sobre los paquetes y se utilizan en las campañas de marketing, y los niveles de alquitrán y nicotina que en realidad proporcionan a los fumadores.

Los documentos también muestran que la BAT aplicó esta estrategia de producto a pesar de los riesgos para la salud de los consumidores y las cuestiones éticas planteadas por los investigadores. La compañía también puso en el mercado estos cigarrillos como alternativas bajas en alquitrán para los fumadores preocupados por su salud.

David Hammond, autor principal de la información, concluye que estos documentos representan una estrategia deliberada mediante la que las compañías BAT y ITL diseñaron productos que podrían llevar a sus consumidores y a las autoridades reguladoras a pensar que estos productos eran más seguros o menos perjudiciales cuando esto no era así.

Además, señala Hammond, esta estrategia de producto continúa en marcha en la actualidad, así como la herramienta que produce el engaño, los protocolos de pruebas ISO de cigarrillos. Según su autor principal, la revisión de estos documentos deja pocas dudas de que los estándares ISO deberían ser revisados en favor de nuevos estándares que reúnan las necesidades de consumidores y reguladores, en vez de las de la industria tabaquera.