El coreógrafo japonés Ushio Amagatsu trae a Madrid su "danza de la intuición" con el espectáculo 'Hibiki'

EP
Actualizado: miércoles, 5 noviembre 2008 14:27


MADRID, 5 Nov. (EUROPA PRESS) -

El coreógrafo japonés Ushio Amagatsu y su compañía de 'butoh' Sankai Juku traen al Teatro Albéniz de Madrid desde mañana al 8 de noviembre su "danza de la intuición" con el espectáculo 'Hibiki', programado en el marco del Festival de Otoño. Creada en 1998 y coproducido por el Théâtre de la Ville de París, el Hancher Auditorium de la Universidad de Iowa y el Biwako Hall Center for the Performing Arts de Shiga (Japón), obtuvo en febrero de 2002 un Laurence Olivier Award en la categoría de Mejor Producción de Danza.

Amagatsu explicó hoy que 'Hibiki' significa "resonancia" y que este espectáculo se mueve entre "la continuidad y armonía de la vida humana que fluye como un río". El coreógrafo, que creó su compañía en 1975 y actuó por primera vez a Europa en 1980, señaló que ésta es una obra para seis bailarines dividida en 7 secuencias diferentes que dan una duración total de hora y media al espectáculo.

Respecto a la coreografía, Amagatsu indicó que está constituida por una base de arena con 13 cuencos que vierten gotas de agua desde arriba. Así, agua y arena son los elementos simbólicos de esta pieza. "La primera expresa el origen de la vida y la segunda el objeto final, el polvo en el que todo termina", señaló.

"PROCESO MENTAL"

El coreógrafo japonés explicó también algunas peculiaridades de la danza 'butoh', creada después de la II Guerra Mundial por los bailarines nipones Kazoo Ohno y Tatsumi Hijikata con la idea de buscar una "expresión original de Japón" distinta de lo conocido. Ambos tenían estilos muy diferentes. Mientras uno era "más coreográfico", el otro era "más poético y basado en la improvisación", afirmó.

En cualquier caso, este tipo de danza requiere un proceso "mental" más que ninguna otra cosa pues requiere "calma, silencio, lentitud, es muy contemplativo y concentrado". Ello hace que no se permita los intérpretes utilizar espejos y que los bailarines varones puedan encarnar personajes de ambos sexos y vestirse como tales.

Lo que a Amagatsu le interesó de todo esto desde un principio fue "el diálogo del cuerpo con la gravedad". Ese diálogo y la "universalidad" que en el fondo afecta a todo ser humano son los dos "principios" en los que se basa el coreógrafo.

LA EMOCIÓN DEL PÚBLICO

Por otra parte, Pierre Barnier responsable de las giras de esta compañía indicó que Sankai Juku ha actuado en más de 50 países y que el 'butoh' se ha extendido ya a algunos de ellos como Brasil, Alemania o Polonia, dado que los coreógrafos de las distintas compañías lo han asimilado mezclándolo con su propio trabajo.

En España, la última vez que Amagatsu estuvo aquí fue hace dos años en Canarias. Y anteriormente en 1996 en los Veranos de la Villa.

Respecto a la acogida del público a este tipo de espectáculo, el coreógrafo japonés concluyó que lo que a él le interesa es la "emoción" de los espectadores relacionada directamente con la "impresión" que produce en ellos esta danza y no tanto con la "comprensión" de la misma.