MADRID, 7 DE ABRIL (EDIZIONES)
Marquinhos Gabriel, jugador del Sport Club Internazional de Brasil, falló un penalti de la manera más extraña. Y con mucha mala suerte. En el minuto 40 de la segunda mitad del encuentro, el árbitro pitó la pena máxima en el área del Gloria Real Sporting. Marquinhos fue quien tomó la responsabilidad de lanzar el penal.
El jugador brasileño decidió lanzar el penalti por el lado izquierdo del portero, por abajo, ajustado y con fuerza. Engañó al portero, pero el balón rebotó en el palo, tocó en el otro poste y salió despedido hacia afuera. Si ver esto ya es extraño, más aún lo que sucede a continuación.
Después de rebotar en los dos postes, el balón cayó en los pies de Marquinhos. El delantero no dudó en volver a disparar a portería, pero con tan mala suerte que su tiro chocó con el talón de la bota del portero, que en ese momento estaba dado la vuelta buscando el balón y sin entender qué es lo que estaba ocurriendo. Tras chocar con el tacón, el balón salió desviado, dando tiempo a que un defensor despejara el peligro.
Aunque el balón salió despejado, la jugada quedó anulada tras el segundo tiro de Marquinhos. La norma de los lanzamientos de penalti dice que el jugador que lanza la pena máxima podrá volver a tocar el balón solo si la ha tocado un rival previamente. En este caso, el guardameta no llegó a tocar el balón, por lo tanto, de haber sido gol, no hubiera podido subir al marcador.
Aún así, la cara del delantero parecía un poema. No se podía tener más mala fortuna. O buena, según de qué lado se mire. Eso sí, por suerte para él y para su equipo, este fallo no influyó en el resultado final, ya que su equipo, el Sport Club Internazional se llevó la victoria.
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