LONDRES, 30 Jul. (EUROPA PRESS) -
El seleccionador español del equipo femenino de balonmano, Jorge Dueñas, reconoció que el conjunto estaba "decepcionado" por el empate arañado en el último minuto por Francia en la segunda cita de la fase de clasificación de los Juegos de Londres, tras tener a las galas por detrás en el marcador la práctica totalidad del encuentro.
"Hemos merecido ganar", aseguró Dueñas, que consideró que "la sensación del equipo hoy ha sido extraordinaria, la lucha, la entrega", a diferencia de su estreno en estos Juegos de 2012 el pasado sábado ante Corea del Sur. "Lo del otro día no fue normal, creo que estaban excesivamente atenazadas, agarrotadas, y en ningún momento fuimos el equipo que somos otras veces", dijo.
Hoy, por el contrario, ante las subcampeonas del mundo, que hace dos días batieron a las ganadoras del oro en Pekín, Noruega, "el equipo ha perdido ese miedo, ha jugado con mucha más capacidad de concentración y una defensa increíble", un factor que contribuyó notablemente a la mejora del juego de España, que tiene en la trinchera trasera su baza fundamental.
Las opciones de las 'Guerreras Olímpicas' de clasificarse a cuartos, con todo, se mantienen, si bien el próximo encuentro ante Dinamarca será decisorio: "Sabíamos que éste era un grupo muy abierto, yo pienso que ninguno va a pasar con todos los puntos, porque creo que ningún equipo va a ser capaz de mantener la intensidad en todos los partidos", explicó Dueñas, quien recordó que sus jugadoras siguen dependiendo de sí mismas.
"PUNTO DE MORAL"
Por ello, apeló a emplear como "punto de moral" el obtenido este lunes ante una Francia que en la segunda mitad del partido contó con la presencia de su presidente, François Hollande, quien acudió al Copper Box del parque olímpico acompañado del primer ministro del país anfitrión, David Cameron. No en vano, Dueñas recordó que el "juego se ha recuperado y de cara al próximo partido hay que estar con esa misma ilusión que ha habido hoy para poder sacarlo adelante".
La mejora de la imagen respecto a la mostrada ante Corea debería, en consecuencia, "valer para saber cuáles son nuestras señas de identidad y plantear los próximos partidos igual". "Lástima que no hayamos estado más acertados en momentos clave", apostilló, sin embargo, en referencia a la contienda ante las galas, en la que reconoció que "han condicionado mucho los lanzamientos de penalti --España falló cinco-- y el momento final, que con dos goles arriba y dos minutos, no se ha sabido administrar esa ventaja.
El desenlace que acabó con el empate a 18 goles fue el resultado, según él, de "precipitarse en el ataque". "Consecuencia de que ellas han podido finalizar con ese gol de lanzamiento que nos ha condicionado y logrado el empate que no creo que se hayan merecido", explicó, a pesar de que él mismo, según confesó, había estado "aguantando un poco el tiempo muerto pensando que no iban a atacar tan pronto".
"Hemos atacado algo precipitado en los últimos minutos y, cuando me he dado cuenta, el balón se nos ha escapado de las manos y no hemos podido pararlo. Ellas han atacado rápido, nosotros teníamos que haber hecho falta, hemos intentado hacerla, pero ha continuado el juego y ellas han hecho un magnífico lanzamiento", resumió.
Sin embargo, esta deducción no supuso consuelo para el seleccionador, que admitió que "después de haber visto tantas ocasiones claras de gol, fallar tantas veces, pues era un partido para haberlo decantado mucho antes y ha salido mal".
MARTA MANGUÉ VE EL LADO POSITIVO
Una opinión que compartió Marta Mangué, que con seis goles igualó a la francesa Siraba Dembele como máxima anotadora del encuentro, si bien la jugadora se quedó con el saldo más positivo del empate. "Creo que lo hemos llevado bastante bien, hemos encontrado nuestra defensa, nuestro carácter y creo que aquí estamos".
En este sentido, Mangué recordó que se no han perdido, si bien admite que había que "haber ganado porque era muy importante este partido, pero ahora a seguir luchando". "El grupo está de capa caída, pero las sensaciones son muy buenas", aseguró en su camino de vuelta hacia los vestuarios, por el que algunas de sus compañeras habían pasado llorando.
