"Es la recompensa a toda mi vida"

MADRID, 11 Ago. (EUROPA PRESS) -

   La nadadora española Mireia Belmonte, flamante campeona olímpica en la prueba de 200 metros mariposa, ha subrayado que "ganar la medalla de oro es lo máximo que se puede conseguir", una "recompensa" que lleva persiguiendo toda la vida y que le ha dejado "en estado de shock" tras lograr el mayor éxito de su carrera en los Juegos de Río.

   "Solo puedo dar las gracias a mi familia, a mi entrenador, a toda la gente que está conmigo cada día, es parte de todos. Estar en unos Juegos ya supone mucho trabajo y ganar la medalla de oro es lo máximo que se puede conseguir. Todavía no me lo creo, estoy en estado de shock", valoró Belmonte nada más ganar el oro en declaraciones a 'TVE' recogidas por Europa Press. "Es la recompensa a toda mi vida porque mi vida es nadar", añadió posteriormente en la zona mixta a la cadena COPE.

   Echando la vista atrás y repasando los últimos cuatro años de preparación, la catalana explicó que se pasan "días buenos y días no tan buenos", pero que "al final trabajando con el objetivo en mente llega la recompensa".

   "Siempre hay que trabajar, nunca hay que rendirse y al final consigues lo que quieres", apuntó junto a la piscina olímpica, consciente de que deberá volver a nadar este jueves para disputar las eliminatorias de 800 libres.

   "Hoy es difícil recuperar con toda la prensa, el control antidopaje, el masaje... Antes de las cuatro no me voy a dormir, pero la semana olímpica es muy dura y es lo que toca. Hoy toca disfrutar y mañana será otro día con mi última prueba. Tengo una serie difícil, pero hay que lucharlo igualmente", concluyó.

   Tras subir al podio, la badalonesa explicó que estaba viviendo "un sueño" y que lo tenía que "asimilar todavía". "Todavía no sé lo que siento, estoy muy contenta, sólo quiero relajarme. Ya vendrán las emociones. Quiero relajarme para mañana para el 800", indicó.

   Belmonte, única española en ganar oro, plata y bronce en los Juegos Olímpicos, desveló sus sensaciones subida a lo más alto del cajón. "Tenía a Fred (Vergnoux, su entrenador) a mi derecha, a mis padres a la izquierda, y pensaba en todo lo que he trabajado para estar aquí. Al final lo he conseguido", subrayó.

   "Quiero agradecérselo a todos los que han estado a mi alrededor, porque sin ellos no lo hubiera conseguido; a mi familia, a Fred... Han sufrido conmigo, han disfrutado, y todo es gracias a ellos", concluyó.