DESCONECTA, 21 May.
La música que nos acompaña en los viajes de metro, en los paseos por las concurridas calles y plazas del centro de las ciudades y aquella que siempre está presente es, en ocasiones, la responsable de que experimentemos un sentimiento de alegría o de tristeza, de ganas de bailar o de salir corriendo. En definitiva, de emocionarnos cuando menos lo esperamos.
En ocasiones, sentimos que esa música es tan buena que tendemos a congregarnos en un corrillo alrededor del artista y nos limitamos a observar, escuchar y disfrutar hasta que concluye la actuación. Pero, hay ocasiones en que la melodía se te mete en el cuerpo y te es imposible limitarse a estar de pie, impasible.
En Bruselas, una escena completamente inusual tuvo lugar entre la 'Grand' Place' y 'La Bourse', donde un músico callejero dio comienzo a una actuación de beat-boxing para la que tenía pensado grabarse en vídeo cuando, de repente, una anciana se planta delante del artista y se deja llevar por completo por su música.
Cargando el vídeo....
En mitad de la calle, sin complejos y acompañada de su fiel perro, la anciana no se corta en disfrutar de la sensación de la música corriendo por sus venas hasta el punto de soltar la correa del peludo amigo para liberar toda esa energía. ¡Esto sí es sentir la música!
