Los Veinticinco aprueban la entrada de Eslovenia en el euro el 1 de enero de 2007

Actualizado: viernes, 16 junio 2006 19:05


BRUSELAS, 16 Jun. (EUROPA PRESS) -

Los jefes de Estado y de Gobierno de los Veinticinco aprobaron hoy la entrada de Eslovenia en el euro el 1 de enero de 2007 dando por buenos los informes de la Comisión y del Banco Central Europeo (BCE) que constatan que este país cumple con todos los criterios de convergencia --déficit, deuda, inflación, tipos de interés-- para convertirse en el país número 13 de la zona euro. La decisión será aprobada formalmente por los ministros de Economía el 11 de julio.

Durante la discusión sobre Eslovenia, se reprodujo de nuevo la polémica sobre la candidatura de Lituania, que también pretendía adoptar la moneda común el año que viene, y que fue rechazada por el Ejecutivo comunitario por superar por solo una décima el límite de inflación, pese a cumplir el resto de criterios. El presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, paralizó un intento de protesta de cinco países de la ampliación --Polonia, Letonia, Hungría, República Checa y Eslovaquia-- por considerar que podía poner en riesgo la credibilidad del euro.

Barroso envió su "enhorabuena" a Eslovenia y destacó que se trata del primer país de la ampliación que se convierte en miembro de la zona euro. "Abre un nuevo capítulo importante en la integración monetaria y demuestra que la zona euro está abierta a todos los Estados miembros que cumplan las condiciones". También el canciller austriaco y presidente de turno de la UE, Wolfgang Schuessel, destacó que la zona euro es un "club abierto".

Pero todo el debate en el Consejo Europeo giró en torno a la candidatura rechazada de Lituania. El país báltico defendió que está preparado para entrar en el euro a partir de 2007, y pidió que el criterio de inflación no se cambie sino que se interprete de forma flexible. Sus protestas fueron secundadas por Polonia, República Checa, Eslovaquia, Hungría y Letonia, que redactaron una declaración en la que alertan de las "incertidumbres" que persisten en la aplicación del criterio de inflación.

La declaración añade que es necesario "lanzar una discusión sobre la interpretación del criterio de estabilidad de precios para reflejar mejor la dinámica económica de la UE ampliada" teniendo más en cuenta "las condiciones de las economías que crecen rápidamente". Pide que este debate se celebre tanto en la Comisión como en el BCE antes de que se publiquen los próximos informes de convergencia en otoño.

Barroso les replicó que la declaración era "inútil" porque estaban en minoría y probablemente sería respondida por una contradeclaración del resto de Estados miembros. "Dije que no ayudaba realizar declaraciones unilaterales por separado y acabaron retirándola. Creo que fue una buena decisión", explicó el presidente del Ejecutivo comunitario.

"CONFIANZA EN EL EURO"

Por su parte, Schuessel explicó que los Veinticinco decidieron asumir en las conclusiones de la cumbre un párrafo de la declaración Lituana en el que se aplauden los progresos realizado por Vilnius hacia el euro. Pero rechazó que se hablara de "incertidumbre" porque "necesitamos tener confianza en el euro, la zona euro trabaja, la moneda única es una historia de éxito y no podemos dar la impresión de que hay incertidumbres". "Tenemos plena confianza en la Comisión y en el BCE a la hora de aplicar los criterios que están en los Tratados", concluyó.

En las mismas ideas insistió el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, que apuntó que la declaración de Lituania daba la impresión de que Bruselas y Frankfurt no habían hecho su trabajo correctamente, según señalaron fuentes del Consejo. La misma idea fue apoyada por Alemania. Por su parte, el primer ministro luxemburgués y presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, hizo una explicación histórica de las reglas de la zona euro y subrayó que una interpretación flexible sería "muy peligrosa" para la zona euro.

Tras escuchar todas las intervenciones, Lituania decidió retirar su declaración pero las difundió a la prensa. La candidatura de Vilnius ha abierto una grave fractura entre la 'nueva' y la 'vieja' Europa, como ya demostró el debate llevado a cabo por los ministros de Economía el pasado día 7 de junio.

El Ejecutivo comunitario ha sostenido a lo largo de todo el proceso que se limita a aplicar el Tratado, que es igual para todos, aunque ha aceptado dar más explicaciones sobre el criterio de inflación a nivel técnico en el Comité Económico y Financiero. Mientras que los 15 antiguos Estados miembros apoyan las conclusiones de la Comisión, los 10 nuevos socios --especialmente Polonia, Estonia, la República Checa o Eslovaquia-- se sitúan del lado de Vilnius.