Economía/Laboral.- Los Veinticinco mantienen las diferencias que bloquean un acuerdo sobre tiempo de trabajo

Actualizado: martes, 7 noviembre 2006 15:49

El principal punto de fricción es la posibilidad de extender la jornada máxima de 48 horas y por cuánto tiempo

BRUSELAS, 7 Nov. (EUROPA PRESS) -

Los ministros de Trabajo de la UE celebraron esta mañana un primer debate sobre sus impresiones en la revisión de la directiva de tiempo de trabajo en el que se constataron las diferencias que existen entre quienes apuestan por una mayor flexibilidad del mercado laboral y quienes quieren limitar la jornada laboral a las 48 horas semanales actuales, eliminando las excepciones.

Los ministros continúan el debate durante el almuerzo del Consejo extraordinario de Empleo y Asuntos Sociales que convocó la Presidencia de la UE para tratar de alcanzar un acuerdo sobre la revisión de una directiva sobre el tiempo de trabajo que ya debería haber sido modificada en 2004.

A pesar de todos los Estados miembros mostraron su compromiso para trabajar a favor de un acuerdo y que incluso varios ministros aludieron alos años que llevan negociando, los responsables europeos de Trabajo terminaron el debate y pasaron al almuerzo sin haber variado sus posiciones. Fuentes del Consejo indicaron que continuarán conversando y que después de la comida se decidirá si merece la pena seguir con la reunión o darla por concluida.

De momento, sólo aceptaron el texto de compromiso que presentó la Presidencia finlandesa de la UE Dinamarca, Hungría, Países Bajos y Portugal. El comisario de Empleo, Vladimir Spidla, urgió a los Estados miembros allegar a un acuerdo, puesto que de lo contrario advirtió que la Comisión iniciará expedientes contra los 23 de los 25 países de la UE -a excepción de Luxemburgo e Italia-que a día de hoy incumplen la legislación laboral.

La propuesta de compromiso indica que el "principio general" en la jornada máxima en la UE son las 48 horas semanales, aunque permite que los Estados miembros que lo deseen se acojan a la "excepción", denominada "opt-out", que amplía el periodo de trabajo a las 60 horas semanales, con un periodo de referencia de tres meses.

De manera imprecisa, el texto admite la eventual posibilidad de revisar, después de un periodo de tiempo no determinado, la aplicación del "opt-out",incluso con el objetivo de que desaparezca progresivamente.

Las posturas más enfrentadas se situaron, por una parte, en la mera existencia del "opt-out" y en el periodo durante el cual se puede mantenerla excepción por encima de las 48 horas.

ENMIENDA ESPAÑOLA

Francia, España e Italia capitanean la postura en contra de la excepción a la ampliación de la jornada de 48 horas y reclamaron que el compromiso incluya una mención expresa a una fecha para su desaparición. Estos tres países redactaron una enmienda en la que establecen un plazo de10 años a partir de la trasposición de la nueva norma a las legislaciones nacionales para eliminar el "opt-out".

El texto alternativo de estos tres países indica también que, en lugar de una extensión de 60 horas, propone "que ningún trabajador trabaje más de un 25% adicional al tiempo de trabajo máximo semanal".

En términos generales, París, Roma y Madrid tienen el respaldo de Bélgica, Luxemburgo o Grecia. Portugal se mostró contra una extensión superior a las 60 horas semanales y países como Letonia o Irlanda confesaron no aplicar el "opt-out", pero apostaron por mantenerlo como "opción".

PROLONGACIÓN DE LA JORNADA

Más contundentes se mostraron socios como Reino Unido, Austria, Alemania o Polonia en la defensa de una derogación a la jornada laboral máxima que, particularmente los nuevos Estados miembros, defienden argumentando que su eliminación supondrá grandes costes para algunos sectores, particularmente para el sanitario o el de servicios de emergencias. Estos países tampoco se movieron de su postura de mantener el "opt-out" e, incluso, de aumentarlo alas 65 horas semanales.

El ministro británico de Empleo, Alistair Darling, señaló que existen "diferencias" entre las reclamaciones de los distintos Estados miembros y advirtió que "a no ser que aceptemos estas dos visiones y se les dé cabida en el compromiso, no lo alcanzaremos nunca".

Por otra parte, negó que la preocupación por la seguridad y la salud de los trabajadores sea exclusiva de los países que apuestan por abolir el "optout" y afirmó que "hay que preservarlos por encima de todo". Con respecto ala cláusula de revisión que se vislumbra en la propuesta de compromiso, el ministro británico la consideró "un problema para muchos de nosotros".