RSC.- Una expera denuncia la "invisibilidad" de las trabajadoras africanas, que no aparecen en las estadísticas del país

Actualizado: miércoles, 19 abril 2006 14:05

Una buena oportunidad es la destilación y la venta de bebidas tradicionales, que genera gran independencia en este colectivo


MADRID, 19 Abr. (EUROPA PRESS) -

Bajo el título 'Trabajadoras africanas: el empleo invisible', la profesora de Antropología Social de la Universidad de Granada y presidenta del Centro de Estudios Africanos de Barcelona (CEA), María Soledad Viéitez, alerta en un artículo de la "invisibilidad" del trabajo realizado por las mujeres africanas, cuyas actividad económica "no aparece reflejada en las estadísticas oficiales del continente, es decir, es invisible para los Estados y las instituciones".

En el artículo, publicado en la edición impresa de la revista 'Pueblos', esta experta considera que es aún más alarmante el hecho de que las autoridades se propongan mejorar la calidad del empleo o atajar la pobreza en estos países "cuando ni siquiera recogen datos sobre la actividad económica femenina en países del África subsahariana".

En el continente africano, --explica--, existe una gran diversidad de roles económicos femeninos, tanto en áreas urbanas como rurales. En los sectores económicos formales "encontramos funcionarias, médicas, cooperativistas agropecuarias, juezas, periodistas, abogadas, ejecutivas y empresarias, banqueras, consultoras, diplomáticas o militares".

Sin embargo, en los sectores informales, es decir, aquellos del sector denominado 'hogar' (diferenciándolo del sector 'mercado') ocupan a agricultoras, destiladoras de bebidas, empresarias de venta de comidas u otros servicios, comerciantes de menudeo, médicas tradicionales o curanderas, bailarinas, comerciantes a larga distancia (en redes clandestinas, a veces) o trabajadoras por cuenta propia.

Las mujeres africanas son mayoritariamente cultivadoras en esta región africana, con contribuciones agrícolas de entre el 60 y 80% de la producción alimentaria total, recuerda el artículo.

Pese a las enormes variaciones al respecto, "podemos afirmar que la producción agrícola familiar y una buena parte de la agricultura comercial es femenina en África subsahariana". La comercialización de alimentos es una parte integral de los sectores agrarios, ocupando el comercio femenino entre el 30 y el 80% del total. Estos porcentajes serían aún mayores, si se restringiése el comercio al mercadeo de alimentos exclusivamente.

ESTRECHO MARGEN AL EMPLEO

Las economías africanas "han sufrido relevantes transformaciones desde la descolonización y los mercados de trabajo se han ido diversificando sobre la marcha", evolucionando desde el estrecho margen de empleo y oportunidades que se presentaba hace unos años a las mujeres: el servicio doméstico, el comercio informal, la venta de algunos servicios y poco más.

A su juicio, una estrategia económica de primera magnitud que apenas ha recibido atención, pese a ser controlada por parte de algunas mujeres africanas, es la destilación y la venta de bebidas tradicionales. La preparación de cervezas, vinos y licores a partir de diversos cereales, frutas dulces y frutos secos es característica de las sociedades africanas al sur del Sahara.

Es frecuente ver, fuera de las casas, recipientes de cristal o plástico colgados de unos cordeles, indicando la existencia de una taberna de este tipo que regentan una o varias mujeres. Estas empresas informales son un ámbito de producción, distribución y consumo de bebidas extendido desde la región oriental (Kenia) hasta la austral (Sudáfrica).

Estos establecimientos o 'shebeens' no suelen contar con permisos legales de apertura y están ubicados en áreas de gran densidad de población y bajos ingresos, o en los suburbios marginales de ciudades. Reciben otros nombres, aunque por todo el África austral se conoce a las mujeres que los regentan como 'shebeen queens'. Este sector es una gran oportunidad para que estasr mujeres cambien su situación de dependencia.

"Las empresas femeninas de shebeens representan una enorme oportunidad para las mujeres de desligarse de otras obligaciones derivadas de las relaciones con varones (u otras comunitarias, no deseadas) y conseguir la independencia económica y social que algunas añoran", asegura esta experta. "No es extraño que una mayoría de ellas sean madres con varios hijos, solteras, divorciadas o separadas quienes a su vez forman otras agrupaciones femeninas", añade.

Estos establecimientos son espacios de mujeres para mujeres, en torno a los que viven. En contextos donde no existen empresas femeninas de otros tipos, permiten la financiación de otros negocios (puestos de venta ambulante de comida, mercadeo de tejidos o tabaco), así como las asociaciones y la creación de bancas, sistemas propios de crédito o fondos económicos de mujeres que inician préstamos, semejantes a las bancas femeninas en África occidental, algo muy positivo para este colectivo, marcado por la dependencia masculina y las malas condiciones de trabajo causadas por la irregularidad del empleo.