Actualizado 17/03/2006 14:16

RSC.- La Federación textil de CCOO defiende que "es hora de buscar un espacio propio de intervención" para la RSC

En una nueva Mesa Cuadrada de ASEPAM se animó a las pymes a cambiar su manera de pensar porque la globalización "les afecta igualmente"


MADRID, 17 Mar. (EUROPA PRESS) -

El responsable de Acción Sindical Internacional de la Federación de industrias textil-piel, químicas y afines de CCOO (FITEQA-CCOO) Isidor Boix, explicó que "superada la primera fase de debates sobre RSC, de desconfianza entre sindicatos y ONG y las denuncias de posibles operaciones de marketing en las empresas", es hora de pasar a una segunda fase "de búsqueda de un espacio propio de intervención, de asunción de la posible repercusión positiva en la empresa y donde el papel del sindicalismo se redefina y clarifique".

Durante su intervención en una nueva Mesa Cuadrada celebrada recientemente en Madrid por la Asociación Española del Pacto Mundial (ASEPAM), Boix expuso casos de buenas prácticas en el sector petroquímico afirmando que "ya existen acuerdos globales en materia medioambiental".

Concretamente habló de Repsol YPF, que está involucrando a sus sindicatos en las discusiones formales sobre su balance anual y solicitando su aportación para las materias clave en Latinoamérica (indígenas, trabajadores, sindicatos, energía y patrimonio nacional, etc).

En el sector textil y de la confección, al ser un sector más globalizado, el eje esencial de actuación, recordó Boix, "son las normas de la OIT y las condiciones laborales de los proveedores y empresas subcontratadas". En este sentido, se expusieron algunos ejemplos de empresas españolas, como Inditex, El Corte Inglés, Mango o Cortefiel, que ante la falta de normativa en determinados países donde operan, "han adoptado códigos de conducta empresariales propios para subsanar los graves incumplimientos de las normas fundamentales de la OIT", aunque aún así, "no es fácil garantizar que no se comentan".

Entre los "grandes retos" para las empresas que enumeró Boix en este sentido, está la transparencia, --con la publicación de la lista de proveedores o etiquetas con el itinerario de fabricación del producto--, la realización de auditorías laborales independientes, el acceso de los sindicatos a los resultados de esas auditorías y la definición de la intervención sindical en toda la cadena de producción, la formación o la tutela legislativa.

En esta ocasión los asistentes a la Mesa Cuadrada, presidida por el secretario de la Asociación, Joaquín Garralda, debatieron sobre el Principio número tres del Global Compact, que señala que "las empresas deben apoyar la libertad de afiliación y el reconocimiento efectivo del derecho a la negociación colectiva" y en ella intervino también la socióloga del Gabinete Técnico de UGT, Julia Requejo y la subdirectora de RSC de Telefónica, Esther Trujillo, entre otros.

En el turno de la representante de UGT, ésta se refirió al carácter voluntario de la RSE, tal como marca el Pacto Mundial y el Foro de Expertos del Ministerio de Trabajo y dada "la dificultad de una regulación internacional sobre la materia".

En cuanto a la normativa vigente, Requejo, hizo hincapié en la necesidad inicial de que las empresas cumplan "al menos" con la normativa vigente básica, como la que hace referencia a la salud e higiene, la participación de empleados, la formación o la no discriminación. En concreto destacó la carencia de programas de integración de personas discapacitadas o de programas de reinserción laboral, dado que las empresas "optan por cumplir con la LISMI mediante la contratación de servicios a centros especiales de empleo o donaciones a entidades sin ánimo de lucro".

Durante el debate que se abrió tras las intervenciones, los asistentes coincidieron en la necesidad de definir "un espacio propio" para la acción sindical dentro de la RSC, destacándose, por parte de Boix, el papel que podrían jugar los sindicatos, por ejemplo, en una primera reunión de análisis con las empresas en los procesos de auditoría laboral, para aprovechar su conocimiento gracias a la labor que desempeñan de visitas a empresas, reuniones con posibles representantes sindicales, etc.

EXIGIR CUMPLIMIENTO

A lo largo del diálogo posterior también se debatió sobre el papel de los sindicatos para exigir que las empresas cumplan sus códigos de RSC en todos los países en los que están presentes. "Esto es complicado ya que hay que tener en cuenta las peculiaridades de cada país y que muchas veces no se trata sólo de filiales, sino también de proveedores" afirmó Boix.

"No siempre se pueden exigir las mismas condiciones. Los sindicatos españoles se preocupan, pero no pueden sustituir a los de otros países, y concretar los problemas es difícil si no hay un representante en la zona", aseguró. La actividad sindical no existe a nivel supraestatal y el hecho de que sindicatos de un país intervengan en mejorar las condiciones de otro puede crear susceptibilidades entre sus afiliados.

Los representantes de las pymes presentes hicieron referencia a su dificultad para saber qué cuestiones en materia sindical les afecta, porque entienden que son diferentes a las de las multinacionales y además carecen de recursos para costear auditorias laborales.

Ante esta puntualización se recomendó a las pymes que "cambien su manera de pensar y vean que la globalización les afecta igualmente". Entre los posibles retos para ellas se señalaron: el ser transparente en la presentación de resultados a los sindicatos, realizar auditorias laborales propias analizando los riesgos sociales y laborales y participar en la negociación colectiva sobre discriminación, cuotas, etc, a nivel sectorial.

Finalmente se cerró la Mesa Cuadrada insistiendo en que "es necesaria la búsqueda de espacios complementarios entre todos los agentes implicados en las políticas de RSE de las empresas, la transparencia con los sindicatos y una mayor implicación por parte de las pymes en estos temas".