Actualizado 03/04/2006 14:41

RSC.- Greenpeace advierte de que China es uno de los países con mayor tasa de exportación de madera ilegal

Compañías europeas como Wolseley o PontMeyerhan no compran contrachapado chino de madera ilegal traída desde Papúa Nueva Guinea


MADRID, 3 Abr. (EUROPA PRESS) -

La organización ecologista Greenpeace advirtió hoy de que China es una de las zonas del mundo con una mayor tasa de exportación de madera ilegal, lo que ha provocado el agotamiento y destrucción de sus bosques de árboles ancestrales, a causa del comercio ilícito de los productos derivados de la madera, que en su mayor parte se destinan para el consumo doméstico de Estados Unidos y Japón.

En este sentido, la ONG señala en un nuevo informe titulado 'Consumo Global y Destrucción de los Bosques Ancestrales', que se está produciendo un importante expolio" por la tala ilegal de bosques, en especial en las zonas del sudeste asiático.

La mayor parte de la madera extraída de los bosques se destina a la fabricación de muebles, tablas para los suelos de parqué y contrachapado para los países desarrollados, cuyo consumo y demanda están aumentando "a costa de la desaparición de los bosques", apunta la ONG.

China es además en la actualidad el mayor importador de maderas tropicales del planeta. La mitad de los árboles tropicales de todo el mundo van a parar a este país, principalmente procedentes de zonas como Indonesia o Papúa Nueva Guinea, donde entre el 75% y el 90% de la madera que se extrae es ilegal.

CONSUMO 'DESENFRENADO'

En este sentido, el director de la Campaña de Greenpeace en China, Sze Pang Cheung, aseguró que el aumento "desenfrenado de la tala ilegal en muchos países que proveen a China de madera está aumentando la crisis forestal global".

Asimismo, Sze advirtió de que China ha llegado a un acuerdo con otros países importadores de este producto para "tomar medidas urgentes para acabar con el mercado de madera procedente de la tala ilegal y destructiva".

Por otro lado, el informe realizado por la organización ecologista aplaude las acciones de varios actores internacionales involucrados en la compra de madera, que están empezando a llevar a cabo medidas en relación con este problema.

Recientemente, varias compañías de Europa decidieron dejar de comprar contrachapado chino fabricado ilegalmente con madera traída desde Papúa Nueva Guinea. Entre estas empresas se encuentran la británica Wolseley, la holandesa PontMeyer, la francesa Castorama y la Federación Francesa de Importadores de Madera.

El documento resalta que los bosques mundiales "no pueden sostener el actual gasto de madera de los países desarrollados ni la escalada en la demanda de China". En los últimos diez años, el consumo de este producto en el país asiático ha aumentado un 70%, un 66% del cual se destina al consumo doméstico. En China se ha producido un aumento del gasto de papel por persona, que h requerido un incremento de la tala de madera de más de 1.600 millones de metros cúbicos.

Por su parte, la consejera internacional de Greenpeace en China, Tamara Stark, destacó que en la actualidad Norte América, Europa y Japón "son las zonas en las que más árboles ancestrales se talan en todo el mundo". A su juicio, si se quiere que los bosques ancestrales sobrevivan, "se tendrán que reducir de forma dramática los niveles de consumo de los países desarrollados".

Durante este mes, el Gobierno chino reconoció que el impacto medioambiental de este mercado "es un asunto importante", por lo que se hizo un llamamiento a la reducción de la utilización de los productos derivados de la madera. Para ello, la pasada semana comunicaron que se pondría en marcha un nuevo impuesto del 5% para la madera destinada a tablillas de parqué y palillos de madera.

Sze manifestó su satisfacción por el paso dado por el Gobierno de este país, ya que, en su opinión, "es positivo que China esté dando pasos para reducir el consumo de los productos derivados de la madera".

Precisamente, desde Greenpeace solicitaron a los gobiernos de los 187 países reunidos durante la Convención sobre Diversidad Biológica de Naciones Unidas celebrada recientemente en Brasil, que protejan los bosques de árboles ancestrales, mediante el establecimiento de una red global de zonas boscosas protegidas.