RSC.- Tribuna de Expertos: Jesús Hernández Galán, Director de Accesibilidad de la Fundación ONCE

Actualizado: lunes, 9 enero 2006 13:03

"Accesibilidad por amor al arte"


MADRID, 9 Ene. (EUROPA PRESS) -

Según Yannis Vardakastanis, presidente del Foro Europeo de Personas con Discapacidad, la falta de accesibilidad es la discriminación más cotidiana. Esta forma de discriminar o en definitiva, de atentar contra los derechos fundamentales de casi el 10% de la población, afecta de forma directa o indirecta a todos los ámbitos en los que se desarrolla la vida de una persona.

Habitualmente cuando hablamos de accesibilidad lo primero que aflora en nuestra mente es la rampa que permite el acceso a un usuario de silla de ruedas a un edificio o el rebaje en la acera de una calle.

Cuando hablamos de derechos fundamentales habitualmente pensamos en la sanidad, en la educación o en el empleo. Pero, de forma bastante habitual, olvidamos las necesidades de una persona ciega para poder captar la información que se facilita en un texto escrito o, en las dificultades que tiene una persona sorda para entender un mensaje sonoro, por no mencionar la complejidad de comprensión que en muchas ocasiones encierra cualquier información para una persona con discapacidad intelectual.

Por ello, desde estas líneas me gustaría abrir la mente del lector a través de la empatía (acción de ponerte en el lugar de otro). Que por un momento pensara que no es capaz de oír nada y se encontrara recibiendo una clase en un aula magna de cualquiera de nuestras universidades; o que no habla sueco y está intentando explicarle a un médico en un hospital de Estocolmo que le duele la garganta, que fue operado de amígdalas y además es alérgico a la penicilina. O por ejemplo que no ve nada y que se encuentra en una exposición de arte contemporáneo.

De estos tres ejemplos me gustaría incidir en el último, en primer lugar porque si la educación o la sanidad son derechos fundamentales, la cultura es también un derecho inalienable del individuo del que en muchas ocasiones las personas con discapacidad nos vemos excluidos. En segundo lugar quiero resaltar este ejemplo porque el desarrollo de la creatividad a través de la creación artística constituye para muchas personas un elemento de crecimiento personal e incluso una actividad profesional.

En la mayoría de los casos, la inaccesibilidad de las exposiciones culturales se produce por desconocimiento de los criterios básicos del diseño para todos por parte de los equipos técnicos que realizan el montaje. En otros casos, son las propias barreras arquitectónicas de los edificios en las que se ubican, las que impiden el acceso de muchas personas.

En cuanto al desarrollo personal y profesional, la discapacidad para muchos artistas supone un elemento de autosuperación que, en ocasiones, obliga a cambiar de herramientas en el proceso creativo. Este cambio de herramientas para Matisse significó la sustitución del pincel, la pintura y el lienzo por las tijeras, el papel y la cola de pegar.

En el siglo XXI las nuevas tecnologías suponen una herramienta potentísima que puede ayudar al artista con discapacidad en su proceso creativo. El problema surge cuando el hardware y el software no son accesibles o no se dispone de las ayudas técnicas necesarias que potencien las capacidades funcionales del individuo.

La inaccesibilidad de las nuevas tecnologías y especialmente Internet, está provocando un grave problema de exclusión social.

La 'brecha digital' que separa a las personas con discapacidad de la sociedad de la información es cada vez más grande. Pero, una vez salvadas estas barreras, lo único que cuenta para el artista es su capacidad creativa quedando relegada a un segundo plano su discapacidad funcional.

Como ejemplo demostrativo de la realidad anteriormente descrita, la Fundación ONCE ha organizado la I Bienal de Arte Contemporáneo en el Círculo de Bellas Artes de Madrid del 13 al 30 de enero.

Uno de sus principales objetivos es reconocer y apoyar la obra de artistas con discapacidad, cuya gran calidad de factura les hace pertenecer por derecho propio al mundo del arte contemporáneo.

El hilo conductor de esta exposición ha sido la Polisensorialidad, concepto que vehiculiza la potenciación de los sentidos. De este modo personas con diversas capacidades podrán disfrutar de la obra en igualdad de condiciones.

Así, se podrá difundir la obra de los creadores, con y sin discapacidad, que conciben el arte desde un criterio diferente que engloba como espectadores a las personas con discapacidad; así como la de los artistas que utilizan la discapacidad como tema para su creación, ya sea de una manera implícita o explícita, alegórica o metafórica. Buen ejemplo de ello será la obra expuesta por Miquel Barceló que establece un diálogo conceptual con el fotógrafo ciego Evgen Bavcar.

Se ha escogido como sede el Salón de Baile del Círculo de Bellas Artes de Madrid. Esto ha significado un esfuerzo importante de imaginación para aportar soluciones creativas a los problemas de accesibilidad de un edificio tan emblemático.

Por ello, insisto, me gustaría invitar al lector a que realice un esfuerzo de empatía y abra su mente a nuevas sensaciones visitando esta exposición.

Jesús Hernández Galán.

Director de Accesibilidad de Fundación ONCE.