Economía/Finanzas.- Siete de cada diez hipotecas firmadas incorporan ya un seguro de protección de pagos, según Alico

Actualizado: viernes, 3 marzo 2006 12:16


MADRID, 3 Mar. (EUROPA PRESS) -

El director de Vida y Pensiones de la compañía de seguros Alico, Oscar Herencia, señaló hoy que el 70 por ciento de las personas que firman una hipoteca en la actualidad contratan un seguro de protección de pagos, algo aconsejable porque "cada vez se asumen deudas a mayor largo plazo, que en el momento el cliente puede pagar, pero nunca sabe lo que la vida puede deparar".

En declaraciones a Europa Press Televisión, añadió que casi el 40 por ciento de los préstamos de consumo o personales también se acompañan ya de este tipo de seguro. Asimismo, comentó que empieza a tener "mucha aceptación" en la contratación de tarjetas de crédito, "sobre todo con el sistema de pago revolvente". "La gente empieza a apreciar que necesita protegerse, porque la deuda se va haciendo cada vez más grande y no se es consciente de ello", comentó.

Un seguro de protección de pagos consiste en una protección vinculada a un operación financiera "muy sencilla, que no requiere un análisis muy exhaustivo". Remarcó que lo más normal es que el seguro esté hecho "a la medida" del préstamo que se pide y tenga la misma duración.

Herencia explicó que en el caso de que una persona que contrata una hipoteca fallezca, la misión de este seguro es "liquidar la hipoteca con la entidad financiera y dejar a los herederos sin deuda". También se cancelan las deudas en caso de invalidez y en situaciones de dificultad temporal, como una incapacidad de larga duración o el desempleo, se ayuda al contratante a sufragar los pagos "cuando los ingresos son más reducidos".

COBERTURA POR FALLECIMIENTO.

Este tipo de cobertura surgió hace años con el objetivo de que "a nadie le sobrevivan sus deudas". A partir de ahí, los productos se fueron sofisticando y desarrollando hasta crearse "otro tipo de coberturas que, sin necesidad de fallecer, te ayudan en una situación difícil".

Asimismo, comentó que el perfil de cliente es "muy variado, porque el producto también lo es". Aunque el perfil normal es el de cliente de hipoteca, "personas mayores de 35 años que sienten la necesidad de proteger el interés de la familia si pasa algo", también se puede contratar para prestamos consumo, prestamos personales o tarjetas de crédito.

En este sentido, remarcó además que el tipo de seguro depende también del banco o la entidad financiera y del perfil de cliente que tengan. "Hay entidades que prefieren ofrecer a su cliente un producto más completo y no reparan en el precio y entidades que prefieren proveer un seguro que, no siendo tan completo, sea más barato para que el cliente tenga más facilidad de contratarlo", agregó.

HABITUAL EN ENTIDADES FINANCIERAS.

Para acceder este seguro, lo frecuente es que la entidad financiera sea quien ofrezca esa protección, ya que individualmente este seguro sería muy difícil de controlar. Así, aclaró que el 90 por ciento de las entidades financieras en España cuentan hoy en día con este servicio "para favorecer a los clientes".

Herencia defendió que el precio del seguro de protección de pagos es "asequible" y depende de "como se vaya a distribuir el seguro o de que tipo de crédito protege, entre otras circunstancias". "Suponen un incremento mínimo respecto del importe del préstamo, es un precio casi residual. Hablando en términos comerciales podríamos hablar que cuesta menos el seguro al mes de lo que puede costar el periódico al día", puntualizó.

Por otra parte, comentó que, con el tiempo, se ha notado una "incidencia muchísimo mayor" de los seguros de protección de pagos que hoy en día, debido a que cada vez los españoles financian más cosas y pagan más a crédito, se "han convertido en una realidad palpable". "Raro es la persona que haya contratado un crédito a la que no se lo hayan ofrecido y raro es la persona que no aprecia la necesidad y lo pide por si misma", matizó.

Sin embargo, indicó que es un terreno "a desarrollar cada vez más" y que irá produciendo "nueva versiones del producto a medida que la banca y las entidades financieras sean capaces de crear nuevos productos". Insistió en que además cada vez tiene más presencia en otras operaciones, que no son financieras, pero que generan un pago futuro, como es el pago de la educación de los hijos.