MADRID, 11 Jun. (EUROPA PRESS) -
La nueva normativa para ascensores, que entrará en vigor el próximo 1 de julio, traerá cambios significativos en la seguridad, mantenimiento, y modernización de ascensores en España, además, afectará tanto a propietarios de edificios como a las empresas de mantenimiento de los ascensores.
La conocida como 'Instrucción Técnica Complementaria ITC AEM 1 de Ascensores' incluye medidas como la instalación de comunicadores bidireccionales, nivelación mejorada de cabinas, dispositivos de control de carga y cortinas de infrarrojos, por un coste de unos 708 millones de euros a abordar en siete años y con plazos previstos para cumplir con todos los requisitos que varían en función de cada caso.
En España, hasta finales de 2019, se contabilizaban más de un millón de ascensores en funcionamiento, de estos, aproximadamente 400.000 tenían más de 30 años de antigüedad, siendo estos últimos los que mayor probabilidad tienen de adaptarse a los nuevos cambios.
La actualización y adecuación de los ascensores a la nueva normativa supondrá un desembolso considerable para las comunidades de vecinos. Según la Federación Empresarial Española de Ascensores (FEEDA), el coste de modificar cada ascensor puede variar dependiendo de las características y el estado del aparato.
Por otro lado, el sector de mantenimiento de ascensores también se enfrentará a varios desafíos con la implementación de esta normativa. Se estima que las actividades de mantenimiento aumentarán entre un 10% y un 20%, lo que implicará una mayor carga de trabajo para las empresas del sector. Además, estas empresas deberán contar con personal cualificado para llevar a cabo las inspecciones y adecuaciones necesarias.
En caso de incumplimiento de la ley de ascensores, las sanciones aplicables a la comunidad de vecinos o al propietario dependen de la gravedad de la infracción, pudiendo alcanzar hasta 60.000 euros para infracciones leves, hasta 6.000.000 euros para infracciones graves, y hasta 100.000.000 euros para infracciones muy graves.
NECESIDAD DE ADAPTAR LOS EQUIPOS A LOS NIVELES DE SEGURIDAD ACTUALES
En el caso de Schindler, el fabricante suizo de ascensores, escaleras mecánicas y puertas automáticas, lleva años implementado muchas de estas medidas de seguridad en sus ascensores y se encuentra en una posición cómoda para cumplir con los nuevos requerimientos.
"En Schindler ya hemos implantado muchos de los cambios contemplados por la nueva normativa en lo que respecta a las medidas de seguridad, a requerimientos obligatorios de inspección y en cambios de los procesos de mantenimiento", ha explicado a Europa Press el director de instalaciones existentes de Schindler Iberia, Alfredo Figal, quien ha valorado positivamente esta medida en términos de seguridad, especialmente para aquellos ascensores con más de 30 años de antigüedad.
La empresa también ha ampliado su equipo para garantizar que cuenta con suficiente personal cualificado para realizar las tareas adicionales que demanda el nuevo panorama. Además, cuenta con un plan de asesoramiento a clientes sobre las subvenciones disponibles para estas adecuaciones.
"En Schindler podemos asesorar a los clientes en este sentido y, además, hemos desarrollado una línea de financiación especial para afrontar el desembolso económico que pueda derivarse de la aplicación de la ITC", ha afirmado Figal, quien también ha apelado a las administraciones públicas a "impulsar" ayudas para "acometer estas adecuaciones".
Schindler lleva años impulsando la conectividad y digitalización a través de tecnologías avanzadas como el Internet de las Cosas y el Machine Learning en el transporte vertical, que permiten un mantenimiento predictivo y una mayor seguridad. "El uso de las nuevas tecnologías en Schindler contribuye a mejorar la seguridad y fiabilidad de las instalaciones, punto destacado en la nueva normativa", ha concluido Figal.
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