Actualizado 12/09/2011 13:12

HRW denuncia asesinatos y violaciones perpetrados en Afganistán por fuerzas de Policía locales respaldadas por EEUU

MADRID, 12 Sep. (EUROPA PRESS) -

Human Rights Watch (HRW) denuncia en su último informe "graves casos de abusos", entre ellos asesinatos, detenciones extrajudiciales y violaciones, perpetrados por elementos de la nueva Policía Local de Afganistán (PLA) y por milicias afines que actúan con el respaldo de Estados Unidos, y recomienda a Washington que corte sus relaciones con estos grupos y emprenda "acciones inmediatas" para entrenar a fuerzas de seguridad capaces de responsabilizarse de sus actos.

Los actos de estos grupos son particularmente apreciables en la provincia septentrional de Kunduz, así como en Baghlan, Uruzgan y Herat, donde llevan a cabo estos delitos como parte de "asaltos ilegales" que no cuentan con el permiso de las autoridades, las cuales a su vez "han fracasado a la hora de llevar a estos elementos ante la justicia, abriendo la puerta a futuros abusos y generando más apoyo popular a los talibán", indica el informe de la ONG.

Human Rights Watch señala que "en la mayoría de casos más graves no se ha emprendido ningún tipo de acción contra los responsables", lo que pone en duda la validez de la Policía Local Afgana como fuerza de estabilidad y garante de la ley en el país centroasiático tras su creación en julio de 2010, y cuyo número de efectivos se ha disparado hasta los 7.000 por orden directa del Directorio de Seguridad Nacional, la agencia de Inteligencia de Afganistán.

A través de más de 120 entrevistas con afectados, miembros de las fuerzas de Seguridad, ONG, diplomáticos y analistas entre otros, HRW describe casos como el sucedido en agosto de 2009 en Kunduz, donde milicianos acabaron con la vida de cuatro hombres con plena impunidad, a raíz de la relación entre el líder de los guerrilleros y el jefe de la Policía en la provincia.

HRW informa también de torturas a menores de edad, y de al menos un caso en el que varios milicianos amartillaron clavos en el pie de un adolescente. También se tiene constancia de la violación múltiple de un joven de 13 años por cuatro miembros armados de la Policía Local Afgana en Baghlan, concretamente en el domicilio de un subcomandante de la fuerza policial. El joven consiguió escapar al día siguiente. "A pesar de que los asaltantes son bien conocidos, no han sido arrestados", puntualiza el informe.

"El Gobierno afgano ha respondido a la insurgencia mediante la reactivación de las milicias, que amenazan la vida de los afganos", según estima el director para Asia de HRW, Brad Adams. "Kabul y Washington deben dejar de respaldar, de manera fulgurante, a estas milicias abusivas y desestabilizadoras si quieren tener esperanzas de desarrollar una estrategia de seguridad viable a largo plazo", advirtió.

Si bien fuentes oficiales afganas y estadounidenses argumentan que la presencia de la Policía Local Afgana ha contribuido a mejorar la seguridad de algunas de las zonas que patrulla, varios residentes y informan de que los criterios de admisión de nuevos reclutas no son los adecuados y que por ello muchos delincuentes acaban integrándose en este cuerpo de Policía local, que supera en número a los miembros de la Policía Nacional afgana, por otro lado carente de la estructura de mando necesaria para controlar a estos efectivos.

El caso de los abusos perpetrados por la PLA y las milicias es el último de un larga lista de proyectos para crear fuerzas de seguridad locales, todos ellos "secuestrados" por las facciones políticas o por caciques locales, que emplean estas iniciativas en beneficio propio, "extendiendo el miedo y alimentando venganzas", como el caso de la llamada Fuerza de Protección Pública Afgana (AP3), desarrollada en la provincia de Wardak y que no tardó en convertirse en una banda armada responsable de "palizas y otros actos intimidatorios" al servicio de estos caciques.

"Si bien hace falta más seguridad a nivel local, los Gobiernos afgano y estadounidense deberían tener mucho cuidado de no repetir los errores de milicias pasadas", explicó Adams. "Si no se realizan rápidas correcciones la PLA podría convertirse en una milicia más, que podría causar más problemas de los que soluciona", añadió.

Así, la ONG solicita a los gobiernos afgano y estadounidense que no se apresuren a la hora de incrementar el número de unidades de esta fuerza local "sin los criterios de admisión y supervisión apropiados", o sin los mecanismos adecuados para llevar ante la justicia a los responsables de los delitos a través de la creación de un organismo externo e independiente que reciba a cualquiera que denuncia la actuación ilegal de estos grupos.