Actualizado 25/03/2008 15:58

ONG denuncian que el 40% de la ayuda occidental que llega a Afganistán regresa como beneficios y salarios

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Critican la falta de coordinación entre los donantes y que no se sepa dónde va a parar parte de la ayuda

   KABUL, 25 Mar. (Reuters/EP) -  

   La paz en Afganistán se está viendo minada por la incapacidad de los países occidentales de hacer llegar la ayuda prometida y por el hecho de que el 40% de los fondos que sí que llegan al país asiático regresan a Occidente como beneficios y salarios, según denunció el Organismo Coordinador de las Agencias de Ayuda en Afganistán (ACBAR, por sus siglas en inglés), que engloba a las ONG que operan en este país.

   Afganistán depende de la ayuda internacional para el 90% de su gasto mientras intenta reconstruir el país arrasado por 30 años de guerra y luchar contra la insurgencia talibán, que se cobró 6.000 muertos sólo el año pasado. Los gastos en ayuda humanitaria y al desarrollo de la comunidad internacional se ven ampliamente superados por el gasto en las operaciones militares.

   Sólo el Ejército estadounidense gasta actualmente unos 100 millones de dólares al día combatiendo a los talibán, mientras que el gasto de todos los donantes en ayuda desde 2001 asciende sólo a 7 millones de dólares al día, según las ONG.

  "Dada la relación entre desarrollo y seguridad, la efectividad de la ayuda también tiene un gran impacto sobre la paz y la estabilidad", afirmó ACBAR en un informe. "Hasta ahora la ayuda ha sido insuficiente y en muchos casos infectiva y un derroche", añadió el organismo.

   Afganistán recibió sólo 57 dólares per capita en ayuda en los dos años siguientes a la intervención internacional, comparados con los 679 dólares por cabeza en Bosnia y los 233 dólares en Timor Oriental, denuncian las ONG.

   La comunidad internacional ha prometido gastar unos 25.000 millones de dólares en la reconstrucción y el desarrollo de Afganistán pero, según el informe, "sólo 15.000 millones de dólares se han gastado en ayuda, de los cuales se estima que el 40% ha regresado a los países donantes en beneficios corporativos y salarios".

   Aunque hay problemas a la hora de entregar la ayuda a Afganistán debido a los problemas de seguridad, la corrupción gubernamental y la capacidad del país para absorberla, los principales donantes se han quedado muy lejos de sus promesas, afirmó ACBAR.

   Estados Unidos, de lejos el mayor donante, sólo ha entregado la mitad de los 10.000 millones de dólares que prometió en ayuda para Afganistán para el periodo 2002-2008, mientras que el Banco de Desarrollo de Asia e India sólo han hecho entrega de un tercio de la ayuda prometida para ese mismo periodo.

DOS TERCIOS DE LA AYUDA NO PASA POR EL GOBIERNO

   Según el informe, dos tercios de la asistencia internacional evita al Gobierno afgano, minando la reconstrucción de las instituciones estatales. Además, los donantes internacionales no se coordinan bien entre ellos y con el Gobierno afgano sobre dónde va el dinero.

   "El Gobierno afgano dice que no tiene información sobre cómo se gastó un tercio de toda la ayuda desde 2001, unos 5.000 millones de dólares", explicaron las ONG.

   El diplomático noruego Kai Eide llegará próximamente a Kabul como nuevo enviado de la ONU con un papel mayor para coordinar los esfuerzos de internacionales en el país. "El nuevo enviado de la ONU a Afganistán ya ha subrayado la necesidad de una mayor efectividad del esfuerzo de la comunidad internacional en apoyo del Gobierno de Afganistán", indicó el portavoz de la ONU en el país, Aleem Siddique.

   "Ha dejado claro que entre sus primeras prioridades estará escuchar las necesidades y preocupaciones del Gobierno afgano y reflejar esas preocupaciones a los socios y donantes de Afganistán para acelerar el progreso, mejorar la coordinación y la efectividad global del esfuerzo de la comunidad internacional", añadió.

   Por último, ACBAR hizo un llamamiento a los donantes a incrementar el gasto en desarrollo y ayuda humanitaria en Afganistán, cumplir con sus promesas de ayuda, coordinar el gasto de forma más efectiva y canalizar más fondos a través del Gobierno afgano.